miércoles, 11 de junio de 2008

¿QUE SE HICIERON LOS POBRES?

¿QUE SE HICIERON LOS POBRES?

Sumergido en el diario trajín informativo sobre guerrillas quebrantadas, paramilitares extraditados, políticos presos, luchas en el poder judicial, popularidad del presidente y declaraciones belicosas de sus ministros, me pregunto qué fue de los pobres.

Ya nunca se habla de ellos, no los mencionan en los discursos y ocupan rincones marginales en los medios de comunicación.

¿Se arregló el problema social? ¿Hemos solucionado la más grave injusticia colombiana, que es la desigualdad económica? ¿Murió acaso la pobreza en el territorio nacional? Si ello es así, ¿de qué planeta vienen esos negritos que venden dulces en los semáforos de Bogotá, esos desplazados a las barriadas urbanas, esos campesinos sin tierra?

Uno de los efectos más lamentables de la violencia y la zozobra política es que su estrépito acalla todo ruido proveniente de los menesterosos. Rara vez habla el Gobierno sobre la patética situación económica de millones de colombianos, y cuando lo hace es para asegurar, cual la sonriente directora de Planeación hace un año, que el número de pobres bajó del 56 al 45 por ciento en el primer cuatrienio de su jefe.

¡La administración Uribe batiendo récords mundiales de lucha contra la pobreza, y nosotros sin saberlo!

Según otras fuentes, sin embargo, la realidad es distinta. Si la pobreza ha descendido, es en proporciones mínimas. Lo que hizo el Gobierno fue modificar la metodología con que la miden. En el trueque, millones de colombianos pasaron en 24 horas de la indigencia a la clase media. La Universidad Nacional denunció estos trucos y afirmó que "las cifras son sospechosas". El economista Eduardo Sarmiento sostiene que, para que fueran ciertas, todo el ingreso nacional tendría que haber ido al bolsillo de los pobres: "Entonces -se pregunta-, ¿a los ricos no les quedó nada?".

Más probable es que, como denuncia la ONU, 64 de cada 100 colombianos estén en el umbral de la pobreza. Hace cuatro años, entre el 26 y el 31 por ciento de la población se hallaba en la miseria (datos de ONU y Contraloría de la República). Los índices de desarrollo que han sonreído al país este siglo benefician más que todo a los ricos. Según el especialista español Davis Castells, el crecimiento económico colombiano de los últimos tres lustros ha sido "antipobres". Es decir, se edificó a favor de los ricos y a expensas de los más necesitados. En los años posteriores a 2001, "la pobreza sigue aumentando y supera ya el 60 por ciento de la población".

En fin, nos ilusionamos en vano: los pobres no han desaparecido. Ahí están, ocultos por la bulla y el humo. En 1958, el Frente Nacional diseñó una solución solamente política a un creciente problema social, y su error disparó la violencia armada.

Desde hace un tiempo ya ni siquiera se ofrece una solución política, sino militar. Está claro que combatir la inseguridad favorece la inversión económica; pero si casi todos sus frutos quedan en manos de las clases adineradas la situación social derivará al final en inseguridad.

Colombia padece los resultados del modelo neoliberal, que, según Castells, "ha puesto el interés privado por encima del general, ha acentuado la desigualdad y provocado más pobreza". Tanto las acentuó, que Colombia es uno de los países del mundo con más altos coeficientes de inequidad económica.

Ahora, para agravar el panorama, surge como redentor, frente a un tercer mandato de Uribe, un segundo mandato de César Gaviria, padre del experimento neoliberal colombiano que quebró el campo y "significó un golpe a la equidad, a la distribución del ingreso y a los estratos más bajos" (Estudio de los economistas Carlos Ramírez y Johann Rodríguez).

Al aprobar la reelección, el Congreso liberó el monstruo. Ahora, cualquier viaje al pasado parece posible.


¿Todavía viven Tomás Cipriano de Mosquera y Abadía Méndez, para lanzarlos?


Daniel Samper Pizano

POGOTON

DENUNCIA PÙBLICA DESDE EL CENTRO DE MEDELLÌN

Denuncia pública desde el centro de Medellín

Por: Jasson

La policía , el Espacio público.



En eventos de Ciudad como Semana Santa, Feria de las flores y cuando vienen ¨grandes personalidades ¨ que pasan por el sector de la Veracruz y el pasaje Carabobo en el centro de la ciudad de Medellín; la fuerza pública y los representantes de espacio público de la administración municipal, amenazan a la comunidad de indigentes, a las trabajadoras sexuales y a las personas que trabajan en este sector en ventas ambulantes como quienes venden cigarrillos, bolis, minutos a celular, frutas, entre otros; diciéndoles que se tienen que ir en estas fechas por que no pueden mostrar el hambre.



El 27 de Mayo de 2008 en el sector de la veracruz, las mujeres trabajadoras de la calle mal llamadas ¨putas¨ en esta sociedad machista; manifiestan cierto descontento porque la Policía y el Espacio Público, las obliga a desaparecer; estas mujeres además de tener que vender sus cuerpos por necesidad les toca someterse a los constantes atropellos y violencia por parte de quienes se dicen representar el orden y la justicia. Las víctimas son más si contamos aquellos que viven en las calles mal llamados gamines, personas que sufren por que no tienen un hogar , consumidores de drogas para mitigar el hambre y la soledad, estos son sacados a la fuerza del sector y son llevados fuera de la ciudad para esconder la realidad. Una mujer trabajadora del sector de Carabobo con poca educación pero con esperanzas de sacar a su bebe adelante dice “...no es justo, bien mal que me va vendiendo minutos a celular y ya me robaron uno, ahora viene un carechimba del espacio Publico diciéndome que antes del jueves debo irme de acá porque si no me van a sacar a la fuerza porque vienen los de la O.E.A y no podemos mostrar el hambre, yo no tengo la culpa de ser pobre y de no a ver tenido una buena educación mi bebe come y yo también , acaso nos vamos a morir de hambre esos días?...”




Repudiamos de manera enfática todo acto de violencia protagonizado o tolerado por la fuerza pública; así como la infame intención de la administración por ocultar la realidad de la ciudad y mantener a toda costa la imagen de una ciudad en la que no pasa nada, y todo va bien. Rechazamos así mismo, una administración municipal que se encarga de desconocer las difíciles condiciones en las que vive su población y trata de ocultar a toda consta la permanente violación a la dignidad de las miles de personas que viven y trabajan de manera informal en el centro de la ciudad.




El principal deber de un político es el de proporcionarle a la población el mayor grado de felicidad posible, en ningún caso desconocer la realidad en la que vive la comunidad que le ha dado legitimidad, por tanto, es fundamental poner en conocimiento de la comunidad en general estas constantes vulneraciones a los derechos de las personas en pleno centro de la ciudad, pues si esto pasa en zonas en las que todo mundo transita, ni que decir de los barrios que se sumen en medio del temor y la desesperanza...


www.redjuvenil.org