Las señales trashumantes es una accion que acontecera en el parque tercer milenio, parque donde quedaba el antiguo "cartucho" de la ciudad de Bogota y ahora es okupado por los desplazados Colombianos, quienes se han movilizado hasta bogota para pedir del estado colombiano, acciones frente a las causas del desplazamiento de campos y ciudades.
En directo desde Bogota, Colombia. Desde el pasado 12 de marzo de 2009, más de mil personas desplazadas y desterradas a causa del conflicto armado en Colombia, provenientes de distintas regiones del país, decidieron -a falta de opciones y ante el incumplimiento del gobierno nacional-, en un acto valentía y fortaleza, convertir la Plaza de Bolívar, y posteriormente el Parque del Tercer Milenio, en su lugar de residencia, resistiendo al frío, el hambre, la insalubridad y las amenazas de bandas delincuenciales. Después de los sucesos del primero de mayo, toda la población que se había tomado la Plaza de Bolívar se trasladó al Parque Tercer Milenio, lugar que la Secretaría de Gobierno ofreció mientras se llegaban a acuerdos en las mesas de negociación. Tras ochenta y un días (81) de tortuosa y dolorosa convivencia, estas valiosas familias aún esperan que el gobierno nacional cumpla con los compromisos adquiridos, con los derechos que determina la Carta Política de Colombia y con una asistencia humanitaria de emergencia, entre otras, debido a la situación de desnutrición severa, afecciones en la piel, laringitis, gripas, enfermos de cáncer, diabetes y afecciones respiratorias que en estos momentos sufren muchas de las personas allí instaladas. Para los desplazados es de suma importancia la restitución de los derechos vulnerados tanto durante la partida de sus tierras como en estos momento en los que se encuentran en Bogotá. Junto a ello, exigen una verdadera reparación integral, en la que deben estar involucradas las entidades e instituciones a nivel nacional según sus deberes consagrados en distintas leyes colombianas y en varios acuerdos internacionales referidos a este tema. Luego de que funcionarixs del gobierno distrital y nacional pospusieran las “soluciones” a la grave crisis humanitaria que aún enfrentan estas familias, el día veinticinco (25) de mayo el gobierno distrital ofreció como salida la opción de volver a desplazarlxs; esta vez, a un albergue temporal. La Secretaria de Gobierno, Clara López Obregón, en declaraciones a los medios de comunicación afirmó que ya se había llegado a un acuerdo con las personas desplazadas, asegurando además que en este nuevo lugar estarían salvaguardados, en un espacio cómodo y digno, mientras se realizan los trámites para vivienda y proyectos productivos. Lo que no aclaró la Secretaria fue el lugar exacto de dichos albergues (MATADERO MUNICIPAL Y HOGARES DE PASO PARA CIUDADANOS HABITANTES DE CALLE). Al enterarse de este sitio, la mayoría de la población desplazada decidió no abandonar el Parque hasta que no les brinden una solución verdadera a sus necesidades como ciudadanos colombianos plenos de derechos. El desalojo se pospone por cinco días más, mientras las soluciones siguen en las mesas de negociación. Es urgente llamar la atención nacional sobre esta tragedia, que más que reflejarse en estadísticas escandalosas, se expresa de manera cruda y puntual en las historias de vida de miles de personas sometidas al abandono, al maltrato y a la vulneración de sus más elementales derechos. Este fenómeno, por otra parte, pone en evidencia el deterioro institucional del país, la precariedad moral de nuestra sociedad, la ineficacia de nuestros gobernantes, la indiferencia y el anestesiamiento en el que se encuentra esta sociedad y la degeneración de nuestro sistema democrático, situándonos de esta manera en el limbo de la más palpable oclocracia. El desplazamiento forzado interno en Colombia se ha agudizado ostensiblemente durante los últimos años, al punto que nuestro país superó recientemente a Sudán, enfrentando por lo tanto la mayor crisis de desplazamiento interno en todo el mundo. Casi cuatro millones de compatriotas han sido despojados de sus tierras, bienes, referentes culturales y han sido arrojados a la miseria. Las medidas tomadas por parte del gobierno nacional han sido no sólo insuficientes, sino que además han rayado en el cinismo y en la total indiferencia. ¿Qué ayuda se puede esperar de un gobierno que niega las causas primeras del desplazamiento en Colombia como lo es el conflicto armado interno?Si no se admite que nos encontramos en medio de una guerra, mucho menos se va a responder por los estragos que causa aquello que se niega. Ni las sentencias de la Corte Constitucional, ni las demandas y llamados internacionales, han podido incidir frente a la indolencia con la que no sólo el gobierno, sino que también gran parte de esta sociedad, han tratado este problema; un problema lleno de dolor y desesperanza. Vale recordar la Ley 387 de1997 Artículo 3º, que nos habla sobre la responsabilidad del Estado: Es responsabilidad del Estado colombiano formular las políticas y adoptar las medidas para la prevención del desplazamiento forzado; la atención, protección y consolidación y estabilización socioecómica de los desplazados internos por la violencia. Como sabemos, sin embargo, todo esto se queda en palabras. Mientras hermanos y hermanas, venidos de zonas frías y calientes, de zonas templadas y húmedas, de los páramos y del mar, de las montañas y los llanos, siguen llevando la tristeza del desarraigo y de la violencia, de la soledad y la angustia, hay una sociedad que ve pero no siente, que oye pero no escucha. Un llamado a la solidaridad y a la conciencia es lo mínimo que se puede hacer frente a este mar de injusticias.
Por: AntenaMutante - >>>HackeAndoLaCallE<<
En directo desde Bogota, Colombia. Desde el pasado 12 de marzo de 2009, más de mil personas desplazadas y desterradas a causa del conflicto armado en Colombia, provenientes de distintas regiones del país, decidieron -a falta de opciones y ante el incumplimiento del gobierno nacional-, en un acto valentía y fortaleza, convertir la Plaza de Bolívar, y posteriormente el Parque del Tercer Milenio, en su lugar de residencia, resistiendo al frío, el hambre, la insalubridad y las amenazas de bandas delincuenciales. Después de los sucesos del primero de mayo, toda la población que se había tomado la Plaza de Bolívar se trasladó al Parque Tercer Milenio, lugar que la Secretaría de Gobierno ofreció mientras se llegaban a acuerdos en las mesas de negociación. Tras ochenta y un días (81) de tortuosa y dolorosa convivencia, estas valiosas familias aún esperan que el gobierno nacional cumpla con los compromisos adquiridos, con los derechos que determina la Carta Política de Colombia y con una asistencia humanitaria de emergencia, entre otras, debido a la situación de desnutrición severa, afecciones en la piel, laringitis, gripas, enfermos de cáncer, diabetes y afecciones respiratorias que en estos momentos sufren muchas de las personas allí instaladas. Para los desplazados es de suma importancia la restitución de los derechos vulnerados tanto durante la partida de sus tierras como en estos momento en los que se encuentran en Bogotá. Junto a ello, exigen una verdadera reparación integral, en la que deben estar involucradas las entidades e instituciones a nivel nacional según sus deberes consagrados en distintas leyes colombianas y en varios acuerdos internacionales referidos a este tema. Luego de que funcionarixs del gobierno distrital y nacional pospusieran las “soluciones” a la grave crisis humanitaria que aún enfrentan estas familias, el día veinticinco (25) de mayo el gobierno distrital ofreció como salida la opción de volver a desplazarlxs; esta vez, a un albergue temporal. La Secretaria de Gobierno, Clara López Obregón, en declaraciones a los medios de comunicación afirmó que ya se había llegado a un acuerdo con las personas desplazadas, asegurando además que en este nuevo lugar estarían salvaguardados, en un espacio cómodo y digno, mientras se realizan los trámites para vivienda y proyectos productivos. Lo que no aclaró la Secretaria fue el lugar exacto de dichos albergues (MATADERO MUNICIPAL Y HOGARES DE PASO PARA CIUDADANOS HABITANTES DE CALLE). Al enterarse de este sitio, la mayoría de la población desplazada decidió no abandonar el Parque hasta que no les brinden una solución verdadera a sus necesidades como ciudadanos colombianos plenos de derechos. El desalojo se pospone por cinco días más, mientras las soluciones siguen en las mesas de negociación. Es urgente llamar la atención nacional sobre esta tragedia, que más que reflejarse en estadísticas escandalosas, se expresa de manera cruda y puntual en las historias de vida de miles de personas sometidas al abandono, al maltrato y a la vulneración de sus más elementales derechos. Este fenómeno, por otra parte, pone en evidencia el deterioro institucional del país, la precariedad moral de nuestra sociedad, la ineficacia de nuestros gobernantes, la indiferencia y el anestesiamiento en el que se encuentra esta sociedad y la degeneración de nuestro sistema democrático, situándonos de esta manera en el limbo de la más palpable oclocracia. El desplazamiento forzado interno en Colombia se ha agudizado ostensiblemente durante los últimos años, al punto que nuestro país superó recientemente a Sudán, enfrentando por lo tanto la mayor crisis de desplazamiento interno en todo el mundo. Casi cuatro millones de compatriotas han sido despojados de sus tierras, bienes, referentes culturales y han sido arrojados a la miseria. Las medidas tomadas por parte del gobierno nacional han sido no sólo insuficientes, sino que además han rayado en el cinismo y en la total indiferencia. ¿Qué ayuda se puede esperar de un gobierno que niega las causas primeras del desplazamiento en Colombia como lo es el conflicto armado interno?Si no se admite que nos encontramos en medio de una guerra, mucho menos se va a responder por los estragos que causa aquello que se niega. Ni las sentencias de la Corte Constitucional, ni las demandas y llamados internacionales, han podido incidir frente a la indolencia con la que no sólo el gobierno, sino que también gran parte de esta sociedad, han tratado este problema; un problema lleno de dolor y desesperanza. Vale recordar la Ley 387 de1997 Artículo 3º, que nos habla sobre la responsabilidad del Estado: Es responsabilidad del Estado colombiano formular las políticas y adoptar las medidas para la prevención del desplazamiento forzado; la atención, protección y consolidación y estabilización socioecómica de los desplazados internos por la violencia. Como sabemos, sin embargo, todo esto se queda en palabras. Mientras hermanos y hermanas, venidos de zonas frías y calientes, de zonas templadas y húmedas, de los páramos y del mar, de las montañas y los llanos, siguen llevando la tristeza del desarraigo y de la violencia, de la soledad y la angustia, hay una sociedad que ve pero no siente, que oye pero no escucha. Un llamado a la solidaridad y a la conciencia es lo mínimo que se puede hacer frente a este mar de injusticias.
Por: AntenaMutante - >>>HackeAndoLaCallE<<