Algunas propuestas frente a la crisis financiera mundial...
Volver a creer en la solidaridad como una forma de superar el banco es evitar la intermediación financiera con la acción directa solidaria. Es dar pasos hacia un mundo del placer productivo en que la libertad de hacer, complementada con la solidaridad de la practica, permitirán hacer al hombre lo que es su único objetivo sobre la tierra: vivir.
Un lugar común de la política económica contemporánea es dar al sistema financiero un papel mucho más importante del que no solo social sino materialmente tiene; Por una parte confía en la función social que tiene el crédito para activar la economía cuando esta se encuentra en momentos de recesión, generando bajas en las tasas de intereses con el fin de promover la inversión productiva y por lo tanto el empleo. Por otro lado confía en la capacidad circulante de un ente que, a pesar de ser ilegal, genera emisión que la sociedad puede utilizar permitiendo el pequeño y mediano consumo con el dinero plástico.
Y hasta ahí nos hacen creer que todo esta bien; pero como muchxs lo sabemos, nada puede estar bien con la especulación financiera. Nunca podríamos confiar en un medio que, como este lo hace, profundiza las iniquidades sociales y desplaza una de las capacidades mas fuertes y eficaces de la humanidad: la solidaridad.
Desde el principio los bancos nacieron como una fórmula para amasar el dinero de aquellos que habían logrado acumular a partir de la expropiación de otros, aprovechando su buena familia o su propiedad para garantizar seguir expandiendo su riqueza. En un primer momento lo hacían a pequeña escala, en los grupos cercanos y locales, pero en la medida que fue consolidando la mentira del servicio, en la que nos hace creer que unos ahorran y ganan y otros piden prestado y también ganan, ese pequeño enano se convirtió en un gran pulpo que no solo controló los ahorros resultantes de la riqueza producida colectivamente sino que los puso a funcionar en lógicas especulativas que terminaron también monopolizando el acceso a la vivienda, la educación y hasta la comida.
En la medida que iba creciendo, también lo hacía con la misma rapidez su mentira, logrando naturalizar el hecho que solo algunos podían obtener el ponqué del dinero y desplazando la posibilidad de generar apoyos económicos en los que no existiera la mediación de una tasa de interés o de usura. Pero este es el momento de reflexionar: ¿es acaso la única forma de conseguir apoyo material la que nos ofrece la especulación?.
Parte de la respuesta a esta pregunta radica en cuestionar nuestra realidad social. No solo son dos grandes mentiras las que plantean los poderosos al extender la confianza en este sistema, sino detrás están realmente escondiéndose una realidad negada con molinos de viento: ¿donde esta la riqueza producida socialmente?. El aceptar el poder financiero es de plano aceptar que está riqueza solo debe estar en manos de los poderosos, de aquellos que controlan nuestra vida con la posesión de la gran propiedad privada, y aceptar esa realidad es rendirse a la posibilidad de una sociedad en que el valor de la acción humana no este necesariamente atada a las lógicas de explotación y sumisión que significa vivir en el mundo capitalista.
Lo interesante, es que siempre estamos a tiempo de demostrarnos lo contrario, ver la realidad de los hombres y mujeres que producimos día a día en los campos y ciudades, siendo nosotros a los que verdaderamente corresponde ese excedente que logramos con nuestro trabajo y que constituye la riqueza. La respuesta a las preguntas son para nosotros claras: La riqueza producida socialmente le pertenece a toda la sociedad, y la única forma de conseguir apoyo material no es mediante los bancos, es mediante la gestión colectiva de esa riqueza por medio de nuestra solidaridad.
En este plano de la interpretación es donde nos encontramos con la realidad de que la riqueza no es mala en si misma, sino cuando ella esta restringida para la mayoría. Plantear esta posibilidad es abrir el plano de la acumulación pero no egoísta; es abrir la posibilidad de la acumulación como un activo social que merecemos y que no solo es justo sino necesario utilizar. Palabras bonitas para el oyente incauto, pero que pueden ser una realidad si transformamos los valores que rigen a la sociedad donde, por ejemplo, podemos iniciar nuestra practica cotidiana deslegitimando a los bancos, dejándoles de dar nuestro dinero para su ganancia, empezando a generar redes de solidaridad efectiva en la que sea la necesidad y no el lucro los que rijan las relaciones de apoyo material entre los hombres.
Esta apuesta de ejercer la solidaridad como principio rector de la redistribución y de eliminación de la usura, es caminar de nuevo en las sendas de la asociación colectiva en la que la colectivización de nuestros excedentes permitan solucionar los malos momentos de algunos que caemos en desgracia. Y esto, compañeros, no es algo nuevo. Es volver a darle vida a las mutuales, a las cooperativas, a las sociedades de resistencia y a sindicatos. Es volver a creer que podemos ir construyendo el mundo nuevo aquí y ahora desde nuestras limitaciones y posibilidades.
Esto por lo menos abre una senda para abrir el camino a un momento donde se produzca mas para las necesidades y menos para los caudales, donde se trabaje mas desde las posibilidades que desde las obligaciones de sobrevivencia. Ya bien lo dijo Kropotkin cuando afirmó que “Fue la necesidad la que en un principio llevo al hombre a cazar, criar ganado, cultivar la tierra, hacer herramientas y luego a inventar maquinas. Es el estudio de las necesidades lo que debiera regir la producción. Y seria lógico comenzar por ahí y luego ver como ingeniarse para atender las necesidades por medio de la producción”. De acuerdo con esta esperanza debería regir el mandamiento de que a cada cual según sus necesidades y de cada cual según sus posibilidades.
Sólo para hacernos cuestionar la realidad podríamos empezar por recordar el regalo; una de las posibilidades de pensar el compartir podría ser el virar del prestar por cobrar, al regalo social, es decir, el compartir la riqueza colectiva sin buscar contraprestaciones. Que no se crea con este juicio que se esta invitando a la vagancia o a la pereza, pero si se esta invitando a superar la sobreocupación y el estres productivo. En este momento la humanidad esta en la capacidad de aprovechar la tecnología para hacer que el hombre tenga mas tiempo para ocupar libremente, sea en oficios, artes, técnicas o letras. Y pudiendo todos trabajar menos, también podríamos todos ocuparnos mas. La socialización del trabajo desde la socializacion de la riqueza y la tecnología permitiría no solo acabar con el desempleo y el subempleo; abriría la posibilidad del trabajo dignificante para el hombre: el trabajo que permite decidir en que ocupar el tiempo. Regalo, solidaridad, socialización de la riqueza y apoyo mutuo: estrategias mas dignas que la especulación bancaria.
Volver a creer en la solidaridad como una forma de superar el banco es evitar la intermediación financiera con la acción directa solidaria. Es dar pasos hacia un mundo del placer productivo en que la libertad de hacer, complementada con la solidaridad de la practica, permitirán hacer al hombre lo que es su único objetivo sobre la tierra: vivir.
Basta ya de sobrevivir, acabemos con todos los bancos y con todo aquello que no nos permite aprovechar nuestra riqueza colectiva.
Vargarquistas Unidos - Vargarquistas Unidos (Colombia)
domingo, 15 de marzo de 2009
Día Internacional de la Mujer - 8 de marzo en Medellín / 2009
Las mujeres recorrieron las calles de un populoso sector de Medellín en el marco del día internacional por los derechos humanos de las mujeres. Sus voces se pronunciaron en contra de las amenazas que han circulado recientemente en la ciudad y que señalan a las mujeres y les ordenan no estar en las calles después de las 10 p.m. También se pronunciaron en contra de la guerra, por el respeto de los derechos sexuales y reproductivos, por la diversidad y la alegría, por una sociedad distinta que las reconozca y en la cual puedan de verdad ejercer sus derechos civiles, sociales y políticos con total libertad y garantías.
De noche o de día
desnudas o vestidas
en la cama o en la calle
que respeten nuestras vidas...
Una realización: OBSERVATORIO AUDIOVISUAL E INVESTIGATIVO SOBRE PROCESOS COMUNITARIOS Y DE RESISTENCIA - PRODUCCIONES EL RETORNO
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MUJERES Desigualdad: cultura, tradiciones, maldita realidad
Un tribunal de Arabia Saudí impone esta condena a una mujer siria de 75 años por haber recibido en su casa a dos hombres que no eran de su familia
Tres meses de cárcel, 40 latigazos y deportación
Europa Press
Un tribunal de Arabia Saudí ha condenado a una mujer siria de 75 años a recibir 40 latigazos, tres meses de cárcel y la deportación por haber recibido en su casa a dos hombres que no eran de su familia, según informaron hoy los medios locales.
El pasado año, un miembro de la Policía Religiosa de Arabia Saudí entró en el domicilio de la mujer, Jamisa Mohamed Sawadi, en la localidad de Al Chamli y la encontró con dos hombres con los que no tenía ningún vínculo familiar, explica el diario Al Watan.
Uno de los hombres, Fahd, de 24 años, dijo al policía que tenía derecho a estar allí porque Sawadi le había amamantado cuando era pequeño, por lo que, según la tradición musulmana, se le podía considerar hijo de ella. Fahd añadió que su amigo Hadian le había acompañado cuando iba a darle pan a la mujer. El agente arrestó entonces a los dos hombres.
Pero en el veredicto del tribunal, al que tuvo acceso Al Watan, el juez, basándose en el testimonio del policía, considera que no ha sido probado que Fahd fuera el 'hijo de leche' de la mujer. Por ello, los dos hombres también han sido condenados: Fahd pasará cuatro meses en prisión y recibirá 40 latigazos, mientras que Hadian estará seis meses encarcelado y recibirá 60 latigazos. Por su parte, Sawadi declaró al periódico tras la lectura de la condena que apelará e insistió en que Fahd es su 'hijo de leche'.
Este caso ha provocado indignación en muchos sectores de Arabia Saudí. "Todo el mundo está enfadado porque es como una abuela; 40 latigazos, ¿cómo va a poder soportar ese dolor? No se puede justificar", explicó a la CNN Wajeha al Huwaider, activista saudí defensora de los derechos de las mujeres.
Pero este no es el primer caso que causa tanta controversia en el país árabe. En 2007, una joven de 19 años fue víctima de una violación en grupo y fue condenada a 200 latigazos y seis meses de cárcel por reunirse con un hombre que no era de su familia.
Los siete hombres que la violaron, que habían secuestrado a la joven y al chico con el que quedó, fueron sentenciados a penas de entre diez meses y cinco años de prisión. El caso causó tanta indignación fuera de las fronteras de Arabia Saudí que el rey Abdulá perdonó a la joven y al chico con el que fue capturada.
www.publico.es
Tres meses de cárcel, 40 latigazos y deportación
Europa Press
Un tribunal de Arabia Saudí ha condenado a una mujer siria de 75 años a recibir 40 latigazos, tres meses de cárcel y la deportación por haber recibido en su casa a dos hombres que no eran de su familia, según informaron hoy los medios locales.
El pasado año, un miembro de la Policía Religiosa de Arabia Saudí entró en el domicilio de la mujer, Jamisa Mohamed Sawadi, en la localidad de Al Chamli y la encontró con dos hombres con los que no tenía ningún vínculo familiar, explica el diario Al Watan.
Uno de los hombres, Fahd, de 24 años, dijo al policía que tenía derecho a estar allí porque Sawadi le había amamantado cuando era pequeño, por lo que, según la tradición musulmana, se le podía considerar hijo de ella. Fahd añadió que su amigo Hadian le había acompañado cuando iba a darle pan a la mujer. El agente arrestó entonces a los dos hombres.
Pero en el veredicto del tribunal, al que tuvo acceso Al Watan, el juez, basándose en el testimonio del policía, considera que no ha sido probado que Fahd fuera el 'hijo de leche' de la mujer. Por ello, los dos hombres también han sido condenados: Fahd pasará cuatro meses en prisión y recibirá 40 latigazos, mientras que Hadian estará seis meses encarcelado y recibirá 60 latigazos. Por su parte, Sawadi declaró al periódico tras la lectura de la condena que apelará e insistió en que Fahd es su 'hijo de leche'.
Este caso ha provocado indignación en muchos sectores de Arabia Saudí. "Todo el mundo está enfadado porque es como una abuela; 40 latigazos, ¿cómo va a poder soportar ese dolor? No se puede justificar", explicó a la CNN Wajeha al Huwaider, activista saudí defensora de los derechos de las mujeres.
Pero este no es el primer caso que causa tanta controversia en el país árabe. En 2007, una joven de 19 años fue víctima de una violación en grupo y fue condenada a 200 latigazos y seis meses de cárcel por reunirse con un hombre que no era de su familia.
Los siete hombres que la violaron, que habían secuestrado a la joven y al chico con el que quedó, fueron sentenciados a penas de entre diez meses y cinco años de prisión. El caso causó tanta indignación fuera de las fronteras de Arabia Saudí que el rey Abdulá perdonó a la joven y al chico con el que fue capturada.
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La huelga en Lindsey y las mentiras de los medios de comunicación
Los sindicalistas británicos están acostumbrados a la hostilidad de los medios de comunicación. Los trabajadores en huelga son presentados constantemente como saboteadores de la economía. El objetivo de esta propaganda es aislar y desmoralizar a los huelguistas. Los obreros de la construcción que trabajan en la refinería petrolera de Lindsey no esperaban contar con el apoyo de la prensa "amarilla" en su lucha por la defensa del convenio colectivo y condiciones laborales.
Pero en esta ocasión el escándalo de los periódicos y canales de televisión ha alcanzado cotas inauditas, en lo que ha sido una burda campaña de manipulación de la opinión pública. De hecho, han tratado de presentar conscientemente la huelga como una protesta con connotaciones racistas, una lucha contra los trabajadores extranjeros y por la defensa de los puestos de trabajo "británicos".
En los mítines y manifestaciones los periodistas de la prensa amarilla británica llevaron pancartas a los huelguistas. Estos periodistas sin ningún tipo de escrúpulo buscaron las fotografías y declaraciones, reales o inventadas, que intentaban demostrar hostilidad de los huelguistas hacia los trabajadores extranjeros que "han robado a los británicos sus puestos de trabajo".
La huelga, que ha conseguido una gran victoria, consiguió un acuerdo sobre las condiciones laborales de todos los asalariados independientemente de su nacionalidad. Las reivindicaciones de los huelguistas pretendían impedir que la refinería contratara a subcontratistas que se niegan a pagar los mismos salarios que a los otros trabajadores. Este enfoque de la lucha no tiene nada de racista. Se trata simplemente de evitar que los empresarios jueguen con los trabajadores para intentar sortear el convenio colectivo. Además, han garantizado 102 puestos de trabajo adicionales para los trabajadores británicos y todos los trabajadores extranjeros estarán cubiertos por el convenio colectivo nacional. Esta medida garantiza que los trabajadores no ganarán menos si trabajan para contratistas extranjeros, ni tampoco minarán sus condiciones laborales ni sindicales.
Manipulación descarada
En Internet se pueden encontrar dos ejemplos de cómo la televisión, incluida la BBC, ha trucado las entrevistas a los trabajadores con el objetivo de distorsionar el sentido de sus palabras. En uno de esos reportajes aparecido en el informativo Noticias a las diez, aparece un trabajador diciendo que no quiere trabajar junto a trabajadores italianos o portugueses. Sin embargo, en la versión no cortada de la entrevista, emitida en el informativo nocturno Newsnight, es evidente que el trabajador dice que no puede trabajar con ellos debido a la política de segregación que pone en práctica la empresa italiana responsable de la construcción de las nuevas instalaciones de la refinería.
El papel de los medios de comunicación es dividir a los trabajadores. El diario The Sun y el Daily Star publicaron fotografías con pancartas en las que se podía leer: "Los empleos británicos para los trabajadores británicos". En la manifestación y en el piquete de otro lugar, en la Isla de Grain, un periodista sacó esos carteles y pidió a los huelguistas que los cogiesen para hacer una foto. Un fotógrafo italiano, presente en la asamblea realizada fuera de los locales del sindicato UNITE (con dos millones de afiliados), adoptó una estrategia similar. Sacó una bandera británica, la Union Jack, e intentó convencer a un trabajador para que se dejase fotografiar con ella. La foto iba a ser publicada en Italia para "demostrar" que los trabajadores italianos eran objetivo del sentimiento racista de los huelguistas británicos. Afortunadamente, al ver la maniobra, los delegados sindicales intervinieron para impedirlo. Un trabajador que presenció la escena resumía el verdadero estado de ánimo de los manifestantes: "Tengo más en común con los trabajadores de Letonia, Polonia o Italia que con cualquier patrón británico". En la manifestación de los trabajadores de la Isla de Grain no hubo una sola bandera nacional, ni una sola pancarta en la que apareciesen las palabras: "los empleos británicos". Las banderas eran las de los sindicatos y el lema era la unidad, una unidad de clase independientemente de la nacionalidad.
Los representantes sindicales se negaron a unirse a la campaña racista de la prensa amarilla. Pero sorprendentemente, el secretario general del sindicato UNITE, Derek Simpson, accedió a posar para el Daily Star, rodeado de dos mujeres jóvenes que llevan camisetas con la imagen del periódico y con los mismos carteles: "los empleos británicos para los trabajadores británicos". Ese mismo día, los fotógrafos del Daily Star y las mujeres en cuestión habían estado en el piquete de huelga, pero los huelguistas les habían dejado claro que no eran bienvenidos.
Es un escándalo que Simpson se prestase a ser utilizado como parte de esta distracción nacionalista que intenta desviar la atención de lo verdaderamente importante y que apela a los prejuicios más atrasados. Muchos militantes de UNITE se preguntarán por qué Simpson ha permitido que el nombre del sindicato sea utilizado de esa manera tan escandalosa.
Los trabajadores de la Isla de Grain dieron una lección. Esa es la única manera de luchar contra estos elementos antisindicales que pretenden "apoyar" a los trabajadores mientras al mismo tiempo socavan su solidaridad y su lucha.
escrito por Rob Sewell · Editor del periódico marxista británico Socialist Appeal
www.elmilitante.org
Pero en esta ocasión el escándalo de los periódicos y canales de televisión ha alcanzado cotas inauditas, en lo que ha sido una burda campaña de manipulación de la opinión pública. De hecho, han tratado de presentar conscientemente la huelga como una protesta con connotaciones racistas, una lucha contra los trabajadores extranjeros y por la defensa de los puestos de trabajo "británicos".
En los mítines y manifestaciones los periodistas de la prensa amarilla británica llevaron pancartas a los huelguistas. Estos periodistas sin ningún tipo de escrúpulo buscaron las fotografías y declaraciones, reales o inventadas, que intentaban demostrar hostilidad de los huelguistas hacia los trabajadores extranjeros que "han robado a los británicos sus puestos de trabajo".
La huelga, que ha conseguido una gran victoria, consiguió un acuerdo sobre las condiciones laborales de todos los asalariados independientemente de su nacionalidad. Las reivindicaciones de los huelguistas pretendían impedir que la refinería contratara a subcontratistas que se niegan a pagar los mismos salarios que a los otros trabajadores. Este enfoque de la lucha no tiene nada de racista. Se trata simplemente de evitar que los empresarios jueguen con los trabajadores para intentar sortear el convenio colectivo. Además, han garantizado 102 puestos de trabajo adicionales para los trabajadores británicos y todos los trabajadores extranjeros estarán cubiertos por el convenio colectivo nacional. Esta medida garantiza que los trabajadores no ganarán menos si trabajan para contratistas extranjeros, ni tampoco minarán sus condiciones laborales ni sindicales.
Manipulación descarada
En Internet se pueden encontrar dos ejemplos de cómo la televisión, incluida la BBC, ha trucado las entrevistas a los trabajadores con el objetivo de distorsionar el sentido de sus palabras. En uno de esos reportajes aparecido en el informativo Noticias a las diez, aparece un trabajador diciendo que no quiere trabajar junto a trabajadores italianos o portugueses. Sin embargo, en la versión no cortada de la entrevista, emitida en el informativo nocturno Newsnight, es evidente que el trabajador dice que no puede trabajar con ellos debido a la política de segregación que pone en práctica la empresa italiana responsable de la construcción de las nuevas instalaciones de la refinería.
El papel de los medios de comunicación es dividir a los trabajadores. El diario The Sun y el Daily Star publicaron fotografías con pancartas en las que se podía leer: "Los empleos británicos para los trabajadores británicos". En la manifestación y en el piquete de otro lugar, en la Isla de Grain, un periodista sacó esos carteles y pidió a los huelguistas que los cogiesen para hacer una foto. Un fotógrafo italiano, presente en la asamblea realizada fuera de los locales del sindicato UNITE (con dos millones de afiliados), adoptó una estrategia similar. Sacó una bandera británica, la Union Jack, e intentó convencer a un trabajador para que se dejase fotografiar con ella. La foto iba a ser publicada en Italia para "demostrar" que los trabajadores italianos eran objetivo del sentimiento racista de los huelguistas británicos. Afortunadamente, al ver la maniobra, los delegados sindicales intervinieron para impedirlo. Un trabajador que presenció la escena resumía el verdadero estado de ánimo de los manifestantes: "Tengo más en común con los trabajadores de Letonia, Polonia o Italia que con cualquier patrón británico". En la manifestación de los trabajadores de la Isla de Grain no hubo una sola bandera nacional, ni una sola pancarta en la que apareciesen las palabras: "los empleos británicos". Las banderas eran las de los sindicatos y el lema era la unidad, una unidad de clase independientemente de la nacionalidad.
Los representantes sindicales se negaron a unirse a la campaña racista de la prensa amarilla. Pero sorprendentemente, el secretario general del sindicato UNITE, Derek Simpson, accedió a posar para el Daily Star, rodeado de dos mujeres jóvenes que llevan camisetas con la imagen del periódico y con los mismos carteles: "los empleos británicos para los trabajadores británicos". Ese mismo día, los fotógrafos del Daily Star y las mujeres en cuestión habían estado en el piquete de huelga, pero los huelguistas les habían dejado claro que no eran bienvenidos.
Es un escándalo que Simpson se prestase a ser utilizado como parte de esta distracción nacionalista que intenta desviar la atención de lo verdaderamente importante y que apela a los prejuicios más atrasados. Muchos militantes de UNITE se preguntarán por qué Simpson ha permitido que el nombre del sindicato sea utilizado de esa manera tan escandalosa.
Los trabajadores de la Isla de Grain dieron una lección. Esa es la única manera de luchar contra estos elementos antisindicales que pretenden "apoyar" a los trabajadores mientras al mismo tiempo socavan su solidaridad y su lucha.
escrito por Rob Sewell · Editor del periódico marxista británico Socialist Appeal
www.elmilitante.org
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Obama sobre Israel y Palestina
Barack Obama es reconocido como una persona de aguda inteligencia, un estudioso, muy cuidadoso en la elección de sus palabras. Merece ser tomado en serio, tanto por lo que dice como por lo que omite. Especialmente significativa es su primera declaración de fondo sobre asuntos exteriores, el 22 de enero, en el Departamento de Estado, en la presentación de George Mitchell, quien servirá como su enviado especial para la paz en Medio Oriente.
Mitchell centrará su atención en el problema entre Israel y Palestina, a raíz de la reciente invasión de Estados Unidos e Israel a Gaza. Durante el asalto criminal, Obama se mantuvo en silencio, más allá de repetir algunos lugares comunes, porque, dijo, sólo hay un presidente, un hecho que no le impidió hacer declaraciones sobre muchas otras cosas. En su campaña, sin embargo, repitió su afirmación de que "si los misiles estuvieran cayendo donde duermen mis dos hijas, haría todo lo posible para detener esto". Él se refería a los niños israelíes y no a los cientos de niños palestinos asesinados por las armas de EE. UU., sobre los cuales no podía hablar, porque sólo había un presidente...
El 22 de enero, sin embargo, Barack Obama ya era presidente y podía hablar libremente sobre estos asuntos, evitando, sin embargo, el ataque a Gaza, que se suspendió, convenientemente, justo antes de su toma de posesión.
En sus declaraciones, Obama hizo hincapié en su compromiso para una solución pacífica del conflicto. Sus comentarios fueron un cuanto tanto ambiguos, pero hizo una propuesta concreta: "la iniciativa de paz árabe", dijo Obama, "contiene elementos constructivos que podrían ayudar a avanzar en estos esfuerzos. Ahora es el momento de que los Estados árabes actúen para lograr el cumplimiento de dicha iniciativa mediante el apoyo al gobierno palestino del Presidente Abbas y el Primer Ministro Fayyad, adoptando medidas para normalizar las relaciones con Israel y defendiéndose del extremismo que nos amenaza a todos."
Obama no está directamente falseando la propuesta de la Liga Árabe, pero el engaño cuidadosamente formulado es instructivo.
La propuesta de paz de la Liga Árabe llama, en efecto, a la normalización de las relaciones con Israel en el contexto, repito, en el contexto, de una solución de dos estados en los términos del consenso internacional, que vienen de largo tiempo atrás y que los EE. UU. e Israel han bloqueado desde hace más de 30 años, en total aislamiento internacional. El núcleo de la propuesta de la Liga Árabe, como Obama y sus asesores sobre Medio Oriente saben muy bien, es un llamamiento para un arreglo político pacífico en los términos antes mencionados, que son bien conocidos y reconocidos por ser la única base para una solución pacífica, a la que ahora Obama pide que se comprometan. La omisión de ese hecho fundamental no puede ser accidental e indica claramente que Obama no prevé alejarse del rechazo habitual de los EE. UU. a esta propuesta. Su llamamiento a los estados árabes para actuar en el corolario de su propuesta, mientras que los EE. UU. ignoran incluso la existencia de su contenido central, que es la condición previa para el corolario, supera todo cinismo.
Los actos más importantes para socavar una solución pacífica son las acciones [israelíes] diarias en los territorios ocupados, respaldadas por los Estados Unidos, todas reconocidas por ser de índole criminal: la apropiación de tierras y recursos valiosos y la construcción de lo que el principal arquitecto del plan, Ariel Sharon, llamó "bantustanes" para los palestinos, una comparación injusta, porque los bantustanes eran mucho más viables que estos fragmentos de tierra que se les han dejado a los palestinos bajo la concepción de Sharon. Sin embargo, los EE. UU. e Israel siguen oponiéndose a una solución política incluso por escrito, más recientemente, en diciembre de 2008, cuando los EE. UU. e Israel (y unas pocas islas del Pacífico) votaron en contra de una resolución de la ONU para apoyar "el derecho del pueblo palestino a la libre determinación" (aprobada por 173 votos a 5, con la oposición de EE. UU. e Israel, con pretextos evasivos).
Obama no tuvo nada qué decir acerca del asentamiento y desarrollo de infraestructuras en Cisjordania y las complejas medidas de control de la existencia palestina misma, destinadas a socavar las perspectivas de una solución pacífica de dos Estados. Su silencio es una sombría refutación a su floreciente oratoria al respecto de que: "Mantendré un compromiso activo para buscar que dos Estados vivan lado a lado, en paz y seguridad".
Tampoco se menciona la utilización por parte de Israel de armas de EE. UU. en Gaza, en violación no sólo con la legislación internacional, sino en clara violación también con la legislación estadounidense. O el envío de Washington de nuevas armas a Israel en el momento más álgido del ataque de EE. UU. e Israel, algo seguramente no desconocido por los asesores de Medio Oriente de Obama.
Obama fue firme, sin embargo, en que el contrabando de armas a Gaza debe detenerse. Él respalda el acuerdo de Condoleezza Rice y la canciller israelí, Tzipi Livni, de que la frontera de Gaza y Egipto debe cerrarse, un notable ejercicio de arrogancia imperial, como señaló el Financial Times: "...mientras en Washington se felicitan mutuamente, ambas funcionarias parecieron olvidarse del hecho de que estaban llegando a un acuerdo sobre el comercio ilegal que se lleva a cabo en la frontera de otro país: Egipto, en este caso. Al día siguiente, un funcionario egipcio describió el memorando como 'ficticio' ". Las objeciones de Egipto fueron ignoradas.
Volviendo a la referencia de Obama sobre la "constructiva" propuesta de la Liga Árabe, tal como indica el texto, Obama insiste en restringir el apoyo al partido derrotado en las elecciones de enero de 2006, la única elección libre en el mundo árabe, a la que los EE. UU. e Israel reaccionaron instantánea y abiertamente, castigando con severidad a los palestinos por oponerse a la voluntad de los amos. Un tecnicismo menor es que el mandato de Abbas finalizó el 9 de enero y que Fayyad fue nombrado Primer Ministro sin la confirmación del Parlamento palestino (muchos de ellos secuestrados y en cárceles israelíes). Ha'aretz describe a Fayyad como "una persona poco común en la política palestina. Por una parte, es el político palestino más apreciado por Israel y Occidente. Por otro lado, sin embargo, no tiene poder electoral ni en Gaza ni en Cisjordania". El informe también hace notar "la estrecha relación de Fayyad con el poder en Israel," sobre todo su amistad con el extremista asesor de Sharon, Dov Weiglass. Aunque carece de apoyo popular, se le considera un político competente y honesto. Esta no es regularmente la norma de aquellos sectores políticos respaldados por los Estados Unidos.
La insistencia de Obama en que sólo existen dentro de la política palestina Abbas y Fayyad encaja con el desprecio constante de Occidente por la democracia, a no ser que esté bajo su control.
Obama dio las razones de costumbre para ignorar al gobierno electo dirigido por Hamas: "Para formar parte de quienes están en favor de la paz ", declaró Obama, "el cuarteto [EE. UU., Unión Europea, Rusia y Naciones Unidas] ha dejado claro que Hamas debe cumplir con condiciones más que claras: reconocer el derecho de Israel a existir, renunciar a la violencia y acatar acuerdos anteriores". No se menciona, también como de costumbre, el pequeño inconveniente de que los EE. UU. e Israel se oponen firmemente a las tres condiciones. En pleno aislamiento internacional, no sólo bloquean la solución de dos estados, uno de ellos un Estado palestino, sino que, por supuesto, no renuncian a la violencia y rechazan la propuesta central del cuarteto de la "hoja de ruta." Israel la aceptó oficialmente, pero con 14 reservas que eliminan efectivamente sus contenidos (y es tácitamente respaldado por los EE. UU.). Es el gran mérito del libro de Jimmy Carter, Palestine: Peace not Apartheid (Palestina: Paz no Apartheid), el haber traído estos hechos a la atención publica por primera vez... y única vez en los grandes medios de comunicación.
De ello se deduce, por razonamiento elemental, que ni los EE. UU. ni Israel forman "parte de quienes están en favor de la paz." Pero eso simplemente no puede ser. Esto ni siquiera es una frase existente en el idioma inglés. Tal vez sea injusto criticar a Obama por este nuevo ejercicio de cinismo, porque es una práctica casi general, a diferencia de su escrupulosa eliminación de los principales componentes de la propuesta de la Liga Árabe, que es su propia y novedosa contribución.
Una práctica casi universal son también las típicas referencias a Hamas: una organización terrorista, dedicada a la destrucción de Israel (o quizás dedicada a la destrucción de todos los judíos), etc. Se omiten los hechos un tanto incómodos de que Israel y los EE. UU. no sólo se dedican a la destrucción de cualquier Estado palestino viable, sino que aplican sin cesar dichas políticas. O que, a diferencia de la negativa de EE. UU. e Israel, Hamas ha pedido públicamente, en repetidas ocasiones y explícitamente, una solución de dos estados en los términos del consenso internacional.
Obama empezó diciendo: "Permítanme ser claro: Estados Unidos está comprometido con la seguridad de Israel. Y siempre vamos a apoyar el derecho de Israel a defenderse contra amenazas justificadas". No dijo nada sobre el derecho de los palestinos a defenderse contra las amenazas, mucho más extremas, como las que ocurren a diario, con el apoyo de los EE. UU., en los territorios ocupados. Pero esto, una vez más, es la norma. También es normal la enunciación del principio de que Israel tiene derecho a defenderse. Eso es correcto, pero vacío: todo el mundo tiene ese derecho. Pero en este contexto el cliché es peor que vacuo: es un engaño cínico.
La cuestión no es si Israel tiene el derecho a defenderse, como todo el mundo lo tiene, sino si tiene el derecho a hacerlo por la fuerza. Nadie, incluido Obama, considera que los Estados gozan de un derecho general para defenderse por la fuerza: es necesario en primer lugar demostrar que no existen otras alternativas pacíficas. En este caso, seguramente las hay. Una estrecha alternativa para Israel sería respetar un alto al fuego, por ejemplo, el alto al fuego propuesto por el dirigente político de Hamas, Khaled Misal, unos días antes de que Israel lanzara su ataque, el 27 de diciembre. Mishal llamó a restablecer el acuerdo de 2005. Este acuerdo pedía que se pusiera fin a la violencia y que se abrieran de manera ininterrumpida las fronteras, así como que Israel garantizara que los bienes y las personas pudieran circular libremente entre las dos partes de la Palestina ocupada, Cisjordania y la Franja de Gaza. El acuerdo fue rechazado por los EE. UU. e Israel unos meses más tarde, después de las elecciones libres de enero de 2006, cuando los palestinos tomaron "el camino equivocado." Hay muchos otros casos de gran relevancia. La más amplia y más importante alternativa sería que los EE. UU. e Israel abandonaran su rechazo extremo y se unieran al resto del mundo, incluyendo a los estados árabes y a Hamas, en apoyo a la solución de dos Estados de acuerdo con el consenso internacional. Cabe señalar que en los últimos 30 años ha habido una excepción a la oposición de EE. UU. e Israel: las negociaciones de Taba en enero de 2001, que parecían estar a punto de llegar a una solución pacífica, cuando Israel pidió que éstas se suspendieran prematuramente. No sería, entonces, descabellado que Obama llegara a un acuerdo para unirse al resto del mundo, incluso en el marco de la política de EE. UU., si estuviera interesado en hacerlo.
En resumen, la contundente reiteración de Obama sobre el derecho de Israel a defenderse es otro ejercicio de engaño cínico, aunque, hay que admitirlo, no es exclusivo de él, sino que es una práctica casi general. El engaño es especialmente llamativo en este caso debido a que se dio en lo que fue el nombramiento de Mitchell como enviado especial a Medio Oriente. El principal logro de Mitchell ha sido su destacado papel en la solución pacífica en Irlanda del Norte. Hizo un llamamiento para que se pusiera fin al terrorismo del IRA y a la violencia británica. Es el reconocimiento implícito de que, si bien Gran Bretaña tenía el derecho a defenderse del terror, no tenía derecho a hacerlo por la fuerza, porque había una alternativa pacífica: el reconocimiento de los legítimos reclamos de la comunidad católica irlandesa, que fueron las raíces del terrorismo del IRA. Cuando Gran Bretaña adoptó esta sensata postura, el terror terminó. Las medidas a tomar en la misión de Mitchell con respecto a Israel y Palestina son tan evidentes que no necesitan ser explicadas detalladamente. Y la omisión de las mismas es, de nuevo, un sorprendente indicio del compromiso de la administración de Obama con el rechazo y la oposición a la paz, a menos de que sea en sus términos extremistas.
Obama también elogió a Jordania por su "constructivo papel en la formación de fuerzas de seguridad palestinas y por haber fomentado sus relaciones con Israel", lo cual contrasta con la negativa de los EE. UU. e Israel para tratar con el gobierno libremente elegido de Palestina, mientras castiga a los palestinos por elegir a dicho gobierno, con pretextos que, como se ha señalado, no soportan el más mínimo escrutinio. Es verdad que Jordania se sumó a los EE. UU. para armar y entrenar a las fuerzas de seguridad palestinas, a fin de que pudieran reprimir violentamente cualquier manifestación de apoyo a las desgraciadas víctimas del asalto de EE. UU. e Israel en Gaza, así como para lograr la detención de los partidarios de Hamas y del destacado periodista Khaled Amayreh, mientras organizaba sus propias manifestaciones en apoyo a Abbas y Fatah, en la que la mayoría de los participantes "eran funcionarios públicos y niños de escuelas que fueron designados por la Autoridad Palestina para participar en el rally", según el Jerusalem Post. Ése es nuestro tipo de democracia.
Obama hizo un comentario más de fondo: "Como parte de un alto al fuego duradero, los cruces fronterizos de Gaza debe ser abiertos para permitir el flujo de la ayuda y el comercio, con un régimen de vigilancia adecuado..." No mencionó, por supuesto, que los EE. UU. e Israel habían rechazado el mismo acuerdo justo después de las elecciones de enero de 2006 y que Israel nunca ha cumplido posteriores acuerdos similares sobre las fronteras.
No ha habido tampoco ninguna reacción al anuncio de Israel de que rechazaba el acuerdo de cese al fuego, de modo que las perspectivas para que sea "duradero" no son prometedoras. Como se informó a la vez en la prensa, "El Ministro del gabinete israelí, Binyamin Ben-Eliezer, quien toma parte en las deliberaciones de seguridad, dijo el jueves a la Army Radio (Radio del Ejército) que Israel no dejaría reabrir los pasos fronterizos con Gaza sin un acuerdo para liberar a [Gilad] Schalit..." (AP, 22 de enero); "Israel mantendrá cerrados los cruces fronterizos de Gaza... El funcionario dijo que el gobierno tiene previsto utilizar la negociación por la liberación de Gilad Shalit, el soldado israelí en poder del grupo islamista desde el 2006..." (Financial Times, 23 de enero); "A principios de esta semana, el Ministro de Relaciones Exteriores israelí, Tzipi Livni, dijo que los progresos para poner en libertad al cabo Shalit serían una condición previa para la apertura de los cruces fronterizos que han sido mayoritariamente cerrados desde que Hamas arrebató el control de Gaza en 2007 a la Autoridad Palestina, con sede en Cisjordania..." (Christian Science Monitor, 23 de enero); "...un funcionario israelí dijo que sería difícil cualquier levantamiento del bloqueo, pues se vincula con la liberación de Gilad Shalit..." (FT, 23 de enero); entre muchos otros.
La captura de Shalit es un tema prominente en Occidente, otra muestra de la criminalidad de Hamas. Independientemente de lo que se piense, es incontrovertible que la captura de un soldado del ejército agresor es un delito mucho menor que el secuestro de civiles, exactamente lo que hicieron las fuerzas israelíes el día anterior a la captura de Shalit, quienes invadieron la ciudad de Gaza y secuestraron a dos hermanos, a quienes se llevaron a través de la frontera y desaparecieron en el complejo penitenciario israelí. A diferencia del caso mucho menos grave de Shalit, este crimen prácticamente no fue informado y se ha olvidado, así como se olvida la práctica habitual de Israel durante décadas de secuestrar civiles en el Líbano y en alta mar y enviarlos a cárceles israelíes, a menudo durante muchos años, como rehenes. Sin embargo, la captura de Shalit dificulta un cese al fuego.
Las declaraciones de Obama sobre Oriente Medio en el Departamento de Estado se refirieron también al "deterioro de la situación en Afganistán y Pakistán... el frente central en nuestra permanente lucha contra el terrorismo y el extremismo". Unas horas más tarde, aviones de EE. UU. atacaron una aldea remota de Afganistán, con la intención de matar a un comandante talibán. "Ancianos de la aldea, sin embargo, dijeron a los funcionarios de la provincia que nunca hubo talibanes en la zona, la cual describieron como una aldea poblada principalmente por pastores. Entre los 22 muertos se encontraban mujeres y niños, de acuerdo con Hamididan Abdul Rahmzai, el jefe del consejo de dicha provincia... (Los Angeles Times, 24 de enero).
El primer mensaje del presidente afgano Karzai a Obama después de ser elegido en noviembre fue una petición para poner fin a los bombardeos de civiles afganos, lo cual repitió horas antes del juramento de Obama. Esto se consideró tan importante como la convocatoria de Karzai para fijar un calendario para la salida de los EE. UU. y de las demás fuerzas extranjeras. Los ricos y poderosos tienen sus "responsabilidades". Entre sus responsabilidades, el New York Times informó, se encuentra la de "garantizar la seguridad" en el sur de Afganistán, donde "la insurgencia local está creciendo y es autosustentable." Todo lo cual nos resulta muy familiar. Es como en el periódico Pravda, en la década de 1980, por ejemplo.
Noam Chomsky
ZNet
Traducido por Carlos F.
Diez Sánchez y revisado por Felisa Sastre
www.zmag.org
Mitchell centrará su atención en el problema entre Israel y Palestina, a raíz de la reciente invasión de Estados Unidos e Israel a Gaza. Durante el asalto criminal, Obama se mantuvo en silencio, más allá de repetir algunos lugares comunes, porque, dijo, sólo hay un presidente, un hecho que no le impidió hacer declaraciones sobre muchas otras cosas. En su campaña, sin embargo, repitió su afirmación de que "si los misiles estuvieran cayendo donde duermen mis dos hijas, haría todo lo posible para detener esto". Él se refería a los niños israelíes y no a los cientos de niños palestinos asesinados por las armas de EE. UU., sobre los cuales no podía hablar, porque sólo había un presidente...
El 22 de enero, sin embargo, Barack Obama ya era presidente y podía hablar libremente sobre estos asuntos, evitando, sin embargo, el ataque a Gaza, que se suspendió, convenientemente, justo antes de su toma de posesión.
En sus declaraciones, Obama hizo hincapié en su compromiso para una solución pacífica del conflicto. Sus comentarios fueron un cuanto tanto ambiguos, pero hizo una propuesta concreta: "la iniciativa de paz árabe", dijo Obama, "contiene elementos constructivos que podrían ayudar a avanzar en estos esfuerzos. Ahora es el momento de que los Estados árabes actúen para lograr el cumplimiento de dicha iniciativa mediante el apoyo al gobierno palestino del Presidente Abbas y el Primer Ministro Fayyad, adoptando medidas para normalizar las relaciones con Israel y defendiéndose del extremismo que nos amenaza a todos."
Obama no está directamente falseando la propuesta de la Liga Árabe, pero el engaño cuidadosamente formulado es instructivo.
La propuesta de paz de la Liga Árabe llama, en efecto, a la normalización de las relaciones con Israel en el contexto, repito, en el contexto, de una solución de dos estados en los términos del consenso internacional, que vienen de largo tiempo atrás y que los EE. UU. e Israel han bloqueado desde hace más de 30 años, en total aislamiento internacional. El núcleo de la propuesta de la Liga Árabe, como Obama y sus asesores sobre Medio Oriente saben muy bien, es un llamamiento para un arreglo político pacífico en los términos antes mencionados, que son bien conocidos y reconocidos por ser la única base para una solución pacífica, a la que ahora Obama pide que se comprometan. La omisión de ese hecho fundamental no puede ser accidental e indica claramente que Obama no prevé alejarse del rechazo habitual de los EE. UU. a esta propuesta. Su llamamiento a los estados árabes para actuar en el corolario de su propuesta, mientras que los EE. UU. ignoran incluso la existencia de su contenido central, que es la condición previa para el corolario, supera todo cinismo.
Los actos más importantes para socavar una solución pacífica son las acciones [israelíes] diarias en los territorios ocupados, respaldadas por los Estados Unidos, todas reconocidas por ser de índole criminal: la apropiación de tierras y recursos valiosos y la construcción de lo que el principal arquitecto del plan, Ariel Sharon, llamó "bantustanes" para los palestinos, una comparación injusta, porque los bantustanes eran mucho más viables que estos fragmentos de tierra que se les han dejado a los palestinos bajo la concepción de Sharon. Sin embargo, los EE. UU. e Israel siguen oponiéndose a una solución política incluso por escrito, más recientemente, en diciembre de 2008, cuando los EE. UU. e Israel (y unas pocas islas del Pacífico) votaron en contra de una resolución de la ONU para apoyar "el derecho del pueblo palestino a la libre determinación" (aprobada por 173 votos a 5, con la oposición de EE. UU. e Israel, con pretextos evasivos).
Obama no tuvo nada qué decir acerca del asentamiento y desarrollo de infraestructuras en Cisjordania y las complejas medidas de control de la existencia palestina misma, destinadas a socavar las perspectivas de una solución pacífica de dos Estados. Su silencio es una sombría refutación a su floreciente oratoria al respecto de que: "Mantendré un compromiso activo para buscar que dos Estados vivan lado a lado, en paz y seguridad".
Tampoco se menciona la utilización por parte de Israel de armas de EE. UU. en Gaza, en violación no sólo con la legislación internacional, sino en clara violación también con la legislación estadounidense. O el envío de Washington de nuevas armas a Israel en el momento más álgido del ataque de EE. UU. e Israel, algo seguramente no desconocido por los asesores de Medio Oriente de Obama.
Obama fue firme, sin embargo, en que el contrabando de armas a Gaza debe detenerse. Él respalda el acuerdo de Condoleezza Rice y la canciller israelí, Tzipi Livni, de que la frontera de Gaza y Egipto debe cerrarse, un notable ejercicio de arrogancia imperial, como señaló el Financial Times: "...mientras en Washington se felicitan mutuamente, ambas funcionarias parecieron olvidarse del hecho de que estaban llegando a un acuerdo sobre el comercio ilegal que se lleva a cabo en la frontera de otro país: Egipto, en este caso. Al día siguiente, un funcionario egipcio describió el memorando como 'ficticio' ". Las objeciones de Egipto fueron ignoradas.
Volviendo a la referencia de Obama sobre la "constructiva" propuesta de la Liga Árabe, tal como indica el texto, Obama insiste en restringir el apoyo al partido derrotado en las elecciones de enero de 2006, la única elección libre en el mundo árabe, a la que los EE. UU. e Israel reaccionaron instantánea y abiertamente, castigando con severidad a los palestinos por oponerse a la voluntad de los amos. Un tecnicismo menor es que el mandato de Abbas finalizó el 9 de enero y que Fayyad fue nombrado Primer Ministro sin la confirmación del Parlamento palestino (muchos de ellos secuestrados y en cárceles israelíes). Ha'aretz describe a Fayyad como "una persona poco común en la política palestina. Por una parte, es el político palestino más apreciado por Israel y Occidente. Por otro lado, sin embargo, no tiene poder electoral ni en Gaza ni en Cisjordania". El informe también hace notar "la estrecha relación de Fayyad con el poder en Israel," sobre todo su amistad con el extremista asesor de Sharon, Dov Weiglass. Aunque carece de apoyo popular, se le considera un político competente y honesto. Esta no es regularmente la norma de aquellos sectores políticos respaldados por los Estados Unidos.
La insistencia de Obama en que sólo existen dentro de la política palestina Abbas y Fayyad encaja con el desprecio constante de Occidente por la democracia, a no ser que esté bajo su control.
Obama dio las razones de costumbre para ignorar al gobierno electo dirigido por Hamas: "Para formar parte de quienes están en favor de la paz ", declaró Obama, "el cuarteto [EE. UU., Unión Europea, Rusia y Naciones Unidas] ha dejado claro que Hamas debe cumplir con condiciones más que claras: reconocer el derecho de Israel a existir, renunciar a la violencia y acatar acuerdos anteriores". No se menciona, también como de costumbre, el pequeño inconveniente de que los EE. UU. e Israel se oponen firmemente a las tres condiciones. En pleno aislamiento internacional, no sólo bloquean la solución de dos estados, uno de ellos un Estado palestino, sino que, por supuesto, no renuncian a la violencia y rechazan la propuesta central del cuarteto de la "hoja de ruta." Israel la aceptó oficialmente, pero con 14 reservas que eliminan efectivamente sus contenidos (y es tácitamente respaldado por los EE. UU.). Es el gran mérito del libro de Jimmy Carter, Palestine: Peace not Apartheid (Palestina: Paz no Apartheid), el haber traído estos hechos a la atención publica por primera vez... y única vez en los grandes medios de comunicación.
De ello se deduce, por razonamiento elemental, que ni los EE. UU. ni Israel forman "parte de quienes están en favor de la paz." Pero eso simplemente no puede ser. Esto ni siquiera es una frase existente en el idioma inglés. Tal vez sea injusto criticar a Obama por este nuevo ejercicio de cinismo, porque es una práctica casi general, a diferencia de su escrupulosa eliminación de los principales componentes de la propuesta de la Liga Árabe, que es su propia y novedosa contribución.
Una práctica casi universal son también las típicas referencias a Hamas: una organización terrorista, dedicada a la destrucción de Israel (o quizás dedicada a la destrucción de todos los judíos), etc. Se omiten los hechos un tanto incómodos de que Israel y los EE. UU. no sólo se dedican a la destrucción de cualquier Estado palestino viable, sino que aplican sin cesar dichas políticas. O que, a diferencia de la negativa de EE. UU. e Israel, Hamas ha pedido públicamente, en repetidas ocasiones y explícitamente, una solución de dos estados en los términos del consenso internacional.
Obama empezó diciendo: "Permítanme ser claro: Estados Unidos está comprometido con la seguridad de Israel. Y siempre vamos a apoyar el derecho de Israel a defenderse contra amenazas justificadas". No dijo nada sobre el derecho de los palestinos a defenderse contra las amenazas, mucho más extremas, como las que ocurren a diario, con el apoyo de los EE. UU., en los territorios ocupados. Pero esto, una vez más, es la norma. También es normal la enunciación del principio de que Israel tiene derecho a defenderse. Eso es correcto, pero vacío: todo el mundo tiene ese derecho. Pero en este contexto el cliché es peor que vacuo: es un engaño cínico.
La cuestión no es si Israel tiene el derecho a defenderse, como todo el mundo lo tiene, sino si tiene el derecho a hacerlo por la fuerza. Nadie, incluido Obama, considera que los Estados gozan de un derecho general para defenderse por la fuerza: es necesario en primer lugar demostrar que no existen otras alternativas pacíficas. En este caso, seguramente las hay. Una estrecha alternativa para Israel sería respetar un alto al fuego, por ejemplo, el alto al fuego propuesto por el dirigente político de Hamas, Khaled Misal, unos días antes de que Israel lanzara su ataque, el 27 de diciembre. Mishal llamó a restablecer el acuerdo de 2005. Este acuerdo pedía que se pusiera fin a la violencia y que se abrieran de manera ininterrumpida las fronteras, así como que Israel garantizara que los bienes y las personas pudieran circular libremente entre las dos partes de la Palestina ocupada, Cisjordania y la Franja de Gaza. El acuerdo fue rechazado por los EE. UU. e Israel unos meses más tarde, después de las elecciones libres de enero de 2006, cuando los palestinos tomaron "el camino equivocado." Hay muchos otros casos de gran relevancia. La más amplia y más importante alternativa sería que los EE. UU. e Israel abandonaran su rechazo extremo y se unieran al resto del mundo, incluyendo a los estados árabes y a Hamas, en apoyo a la solución de dos Estados de acuerdo con el consenso internacional. Cabe señalar que en los últimos 30 años ha habido una excepción a la oposición de EE. UU. e Israel: las negociaciones de Taba en enero de 2001, que parecían estar a punto de llegar a una solución pacífica, cuando Israel pidió que éstas se suspendieran prematuramente. No sería, entonces, descabellado que Obama llegara a un acuerdo para unirse al resto del mundo, incluso en el marco de la política de EE. UU., si estuviera interesado en hacerlo.
En resumen, la contundente reiteración de Obama sobre el derecho de Israel a defenderse es otro ejercicio de engaño cínico, aunque, hay que admitirlo, no es exclusivo de él, sino que es una práctica casi general. El engaño es especialmente llamativo en este caso debido a que se dio en lo que fue el nombramiento de Mitchell como enviado especial a Medio Oriente. El principal logro de Mitchell ha sido su destacado papel en la solución pacífica en Irlanda del Norte. Hizo un llamamiento para que se pusiera fin al terrorismo del IRA y a la violencia británica. Es el reconocimiento implícito de que, si bien Gran Bretaña tenía el derecho a defenderse del terror, no tenía derecho a hacerlo por la fuerza, porque había una alternativa pacífica: el reconocimiento de los legítimos reclamos de la comunidad católica irlandesa, que fueron las raíces del terrorismo del IRA. Cuando Gran Bretaña adoptó esta sensata postura, el terror terminó. Las medidas a tomar en la misión de Mitchell con respecto a Israel y Palestina son tan evidentes que no necesitan ser explicadas detalladamente. Y la omisión de las mismas es, de nuevo, un sorprendente indicio del compromiso de la administración de Obama con el rechazo y la oposición a la paz, a menos de que sea en sus términos extremistas.
Obama también elogió a Jordania por su "constructivo papel en la formación de fuerzas de seguridad palestinas y por haber fomentado sus relaciones con Israel", lo cual contrasta con la negativa de los EE. UU. e Israel para tratar con el gobierno libremente elegido de Palestina, mientras castiga a los palestinos por elegir a dicho gobierno, con pretextos que, como se ha señalado, no soportan el más mínimo escrutinio. Es verdad que Jordania se sumó a los EE. UU. para armar y entrenar a las fuerzas de seguridad palestinas, a fin de que pudieran reprimir violentamente cualquier manifestación de apoyo a las desgraciadas víctimas del asalto de EE. UU. e Israel en Gaza, así como para lograr la detención de los partidarios de Hamas y del destacado periodista Khaled Amayreh, mientras organizaba sus propias manifestaciones en apoyo a Abbas y Fatah, en la que la mayoría de los participantes "eran funcionarios públicos y niños de escuelas que fueron designados por la Autoridad Palestina para participar en el rally", según el Jerusalem Post. Ése es nuestro tipo de democracia.
Obama hizo un comentario más de fondo: "Como parte de un alto al fuego duradero, los cruces fronterizos de Gaza debe ser abiertos para permitir el flujo de la ayuda y el comercio, con un régimen de vigilancia adecuado..." No mencionó, por supuesto, que los EE. UU. e Israel habían rechazado el mismo acuerdo justo después de las elecciones de enero de 2006 y que Israel nunca ha cumplido posteriores acuerdos similares sobre las fronteras.
No ha habido tampoco ninguna reacción al anuncio de Israel de que rechazaba el acuerdo de cese al fuego, de modo que las perspectivas para que sea "duradero" no son prometedoras. Como se informó a la vez en la prensa, "El Ministro del gabinete israelí, Binyamin Ben-Eliezer, quien toma parte en las deliberaciones de seguridad, dijo el jueves a la Army Radio (Radio del Ejército) que Israel no dejaría reabrir los pasos fronterizos con Gaza sin un acuerdo para liberar a [Gilad] Schalit..." (AP, 22 de enero); "Israel mantendrá cerrados los cruces fronterizos de Gaza... El funcionario dijo que el gobierno tiene previsto utilizar la negociación por la liberación de Gilad Shalit, el soldado israelí en poder del grupo islamista desde el 2006..." (Financial Times, 23 de enero); "A principios de esta semana, el Ministro de Relaciones Exteriores israelí, Tzipi Livni, dijo que los progresos para poner en libertad al cabo Shalit serían una condición previa para la apertura de los cruces fronterizos que han sido mayoritariamente cerrados desde que Hamas arrebató el control de Gaza en 2007 a la Autoridad Palestina, con sede en Cisjordania..." (Christian Science Monitor, 23 de enero); "...un funcionario israelí dijo que sería difícil cualquier levantamiento del bloqueo, pues se vincula con la liberación de Gilad Shalit..." (FT, 23 de enero); entre muchos otros.
La captura de Shalit es un tema prominente en Occidente, otra muestra de la criminalidad de Hamas. Independientemente de lo que se piense, es incontrovertible que la captura de un soldado del ejército agresor es un delito mucho menor que el secuestro de civiles, exactamente lo que hicieron las fuerzas israelíes el día anterior a la captura de Shalit, quienes invadieron la ciudad de Gaza y secuestraron a dos hermanos, a quienes se llevaron a través de la frontera y desaparecieron en el complejo penitenciario israelí. A diferencia del caso mucho menos grave de Shalit, este crimen prácticamente no fue informado y se ha olvidado, así como se olvida la práctica habitual de Israel durante décadas de secuestrar civiles en el Líbano y en alta mar y enviarlos a cárceles israelíes, a menudo durante muchos años, como rehenes. Sin embargo, la captura de Shalit dificulta un cese al fuego.
Las declaraciones de Obama sobre Oriente Medio en el Departamento de Estado se refirieron también al "deterioro de la situación en Afganistán y Pakistán... el frente central en nuestra permanente lucha contra el terrorismo y el extremismo". Unas horas más tarde, aviones de EE. UU. atacaron una aldea remota de Afganistán, con la intención de matar a un comandante talibán. "Ancianos de la aldea, sin embargo, dijeron a los funcionarios de la provincia que nunca hubo talibanes en la zona, la cual describieron como una aldea poblada principalmente por pastores. Entre los 22 muertos se encontraban mujeres y niños, de acuerdo con Hamididan Abdul Rahmzai, el jefe del consejo de dicha provincia... (Los Angeles Times, 24 de enero).
El primer mensaje del presidente afgano Karzai a Obama después de ser elegido en noviembre fue una petición para poner fin a los bombardeos de civiles afganos, lo cual repitió horas antes del juramento de Obama. Esto se consideró tan importante como la convocatoria de Karzai para fijar un calendario para la salida de los EE. UU. y de las demás fuerzas extranjeras. Los ricos y poderosos tienen sus "responsabilidades". Entre sus responsabilidades, el New York Times informó, se encuentra la de "garantizar la seguridad" en el sur de Afganistán, donde "la insurgencia local está creciendo y es autosustentable." Todo lo cual nos resulta muy familiar. Es como en el periódico Pravda, en la década de 1980, por ejemplo.
Noam Chomsky
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