jueves, 15 de enero de 2009

DISTURBIOS EN OAKLAND POR LA MUERTE DE UN JÓVEN A MANOS DE LA POLICÍA

Disturbios en Oakland por la muerte de un jóven a manos de la policía

El miércoles 7 y el jueves 8 se han registrado disturbios durante las protestas por el asesinato de Oscar Grant, joven asesinado en Oakland (EEUU) por la policía el día de año nuevo.


El pasado miércoles 7 de enero se había convocado una manifestación a las 20:00 h en protesta por el asesinato del joven Oscar Grant a manos de la policía, la marcha salió espontáneamente a las 17:30 h. Al terminar se produjeron disturbios contra la policía y el mobiliario urbano. Alrededor de 120 personas han sido detenidas durante los disturbios, a las cuales se les acusa de vandalismo, incitación a los disturbios, ataque a una patrulla de policía, asamblea ilegal y disturbios. Al dia siguiente (Ayer) se convocó otra marcha en la cual se produjeron nuevos enfrentamientos con cortes de carretera.


Extraído de:
http://news.infoshop.org
http://www.indybay.org/
Video:
http://cbs5.com/video/?id=44166@kpix.dayport.com

traduccion en la haine(fotos y videos):
http://www.lahaine.org/index.php?p=10184

EL FASCISMO SALE DEL CLOSET!!

El fascismo sale del clóset

Por: Cristina de la Torre

COMO EN LOS AÑOS 30, TAMBIÉN Ahora la crisis económica despierta en Europa los populismos autoritarios, con sus componentes de nacionalismo, xenofobia y violencia contra el “otro” que amenaza la identidad propia y usurpa los puestos de trabajo. Judíos entonces, “amarillos” hoy, a instancias del inmigrante extracomunitario sale del clóset en Italia el fascismo larvado que esperaba su segunda oportunidad.

Albaneses, rumanos, latinoamericanos, negros y gitanos sufren razzias envolventes de la Policía y palizas propinadas por brigadas de choque idénticas a los fascios originarios. Acento racista del nuevo fascismo que busca el poder en el Viejo Continente, en Italia lo traduce un aviso dirigido a los negros colocado a la puerta de una discoteca de Padua, y reza: “ni crea que puede seguir sólo porque Obama ganó”.

Con apoyo de toda la derecha —católicos, nostálgicos del Duce, separatistas del Norte que quieren una república blanca, de sangre pura y celta— Berlusconi se fraguó su cuarto mandato exasperando el pánico contra el “invasor” y autopostulándose como el único capaz de enfrentar toda amenaza contra la patria, cuyo núcleo serían los inmigrantes. Debutó con un proyecto que convierte en criminales a los inmigrantes que no lleven sus papeles en regla. Su ministro de Gobierno, el presidente de la Cámara y el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, son fascistas declarados. El 8 de septiembre pasado, el ministro de Defensa, La Russa, rindió homenaje a tropas pro-nazis.

Pero ellos no están solos. Pese a que Berlusconi enfrenta más de 20 procesos penales por fraude, corrupción, tráfico de drogas y asociación con la mafia, un amplio movimiento de opinión le hace coro. Proliferan los retratos de Mussolini en puestos de venta callejeros y a casi ningún taxista le falta ese adminículo en su llavero. El portero del Milan, Abbiati, invita a romper el “tabú” del fascismo, acogiendo valores suyos como la patria, el orden social y el catolicismo. Nuevas estrellas del fútbol se le suman todos los días: celebran sus goles con el saludo fascista. El público aplaude el tanto y, buena parte de él, también el saludo.

La historia reciente se ha encargado de demostrar que en situaciones de crisis social y desarraigo emocional florecen el dogma y el autoritarismo. Que el primer demagogo capaz de convocar la unidad del pueblo contra un enemigo diabólico —real o inventado— puede incitar al exterminio del agresor “impuro”. Legitimación moral de la violencia, tan cara al fascismo que vuelve a ofrecerse como solución a la crisis.

Dirán los que saben que tan sorprendente involución a un atavismo en apariencia olvidado no obedece apenas a un anhelo de seguridad en la gente. Que responde también a la sosera ideológica en que cayeron los partidos. Renunciaron ellos a las ideas que los distinguían de los demás, para desplazarse hacia un modelo de consenso que disimula las diferencias y sacrifica el pluralismo. Paraíso de un centro asexuado, democracia de cortesías impostadas a cuyas espaldas creció un vacío que el discurso de derecha vino a llenar.

El populismo autoritario se hizo eco de la pasión política y la canalizó contra un enemigo providencial: allá contra el “peligro amarillo”, aquí contra el terrorismo. Allá contra los inmigrantes, aquí contra la oposición. Contra artistas como Patricia Ariza, aplaudida de todos los públicos, diez veces galardonada en el extranjero, por motivos peregrinos que la ponen, sin embargo, en la mira del fusil. A fuer de popularidad, andan todos saliendo del clóset.


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Cristina de la Torre

UNA MEDALLA MUY MERECIDA

UNA MEDALLA MUY MERECIDA

Y Bush condecoró a Uribe
Juan Cendales
Rebelión


George Bush en su sombría despedida ha realizado dos gestos de reconocida lealtad para con los escuderos más fieles de su política, aquellos a quien él considera los herederos legítimos de su legado político, los únicos que podrían dar continuidad a su ideario, a sus credos y a su visión del mundo y del universo. A pocos días de culminar con pena y sin gloria sus ocho años de desastres, dolor y muerte ha dado su bendición al genocidio que Israel perpetra contra los niños, los ancianos y la indefensa población de Gaza sometida desde hace muchos meses al bloqueo y el hambre. Un gesto de lealtad de un genocida para con otros genocidas.

Pero el moribundo corazón de Bush no solo está con Israel. También acompaña al hijo amado de las infieles tierras de América Latina. A Álvaro Uribe Vélez. El hombre que como él, enarbola la espada y la llama condenatoria de ateos, infieles, pobres, homosexuales, negros, indios, musulmanes, liberales, comunistas y librepensadores. El hombre que sin pensarlo ni dudarlo lo ha acompañado en todas las cruzadas purificadoras, incluyendo la guerra de Iraq.

George Bush condecorará el 12 de enero en Washington a Álvaro Uribe Vélez con la Medalla Presidencial a la Libertad. Dizque “por promover la democracia, los derechos humanos y la libertad”. Es evidentemente un reconocimiento a la lealtad del presidente colombiano. Un homenaje a su fidelidad absoluta a las políticas militaristas y neoliberales. Fidelidad de la que ni siquiera Lina de Uribe puede ufanarse.

La condecoración es consecuente con lo que han significado la presidencia de Uribe para la terrorista y agresiva política de los Estados Unidos contra los pueblos del mundo y en especial contra los procesos renovadores de América latina. Es un hecho que va más allá de la sospecha de que Uribe es un rehén de la política norteamericana en razón de toda la información y pruebas que tienen la DEA y la CIA sobre sus presuntos vínculos con el narcotráfico y el paramilitarismo. Además de esto, e incluso por encima de esto, está la identidad ideológica, cultural y política de dos hombres ignorantes pero astutos, simples pero sagaces. Convencidos del papel redentor y purificador con que han nacido. Fundamentalistas y religiosos recalcitrantes. Credos que no les impidió incrementar geométricamente sus capitales y latifundios. El maestro lo hizo con el familiar negocio del petróleo y las armas. El discípulo, incrementando sus tierras mediante una intrincada red de testaferros que le permite presentarse como uno de los más humildes campesinos colombianos. Además de convertir en multimillonarios, de la noche a la mañana, a sus imberbes hijos, con el muy protegido emporio de artesanías que montaron al amparo del gobierno.

Felicitaciones entonces a Uribe por la medalla recibida. Nadie mejor que él para hacerlo. Nadie se la merece más. Nadie ha hecho tanto esfuerzo para lograrla. Una medalla que simboliza miles de muertos, millones de desplazados y despojados, miles de desaparecidos, de torturados, decenas de miles de trabajadores despedidos, miles de detenciones ilegales, centenares o quizás miles de fusilados en las llamadas “ejecuciones extrajudiciales”. Que la disfrute mientras pueda. Hasta cuando reciban en sus manos los grilletes que merecen. El condecorado y el condecorador.

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A la condecoración a Uribe otorgada por el héroe de Abu Ghraib se suma el “Premio a la libertad Cortes de Cádiz”, concedido al presidente colombiano por un jurado manipulado por la alcaldesa del Partido Popular Teófila Martínez, galardón que enfáticamente ha sido rechazado por Izquierda Unida de Cádiz y por diversos sectores sociales y políticos de Andalucía.

Solo falta que condecoren a los genocidas israelitas.