jueves, 23 de abril de 2009

Los rebeldes setenteros

altEn UC insistimos en poner de moda la protesta, y esta vez traemos la historia de un grupo de muchachos de Medellín que por allá a finales de los 70, Ver mas muy influenciados por Foucault y recibiendo todavía los fogonazos de Mayo del 68, decidieron salir a llenar las paredes de nuestra pacata ciudad con grafitis buscapleitos del estilo de ¡POR UN ORGASMO TOTAL! o ¡LA PENETRACIÓN NO ES SÓLO MASCULINA!

No eran esas frases repetidas del estilo de ¡Abajo el imperialismo! pero sí fueron muy repetidas sus apariciones, al grado de preocupar a las autoridades civiles y eclesiásticas, y, cómo no, hacer eructar moral a El Colombiano, que en sus páginas nunca ha podido contestarles para qué sirve una lengua en la cama.

Camilo y Cristina, dos de los pintamuros que apenas vienen a revelar su identidad después de viejos, nos contaron que cuando empezó la decada de los 80, con Turbay y su estatuto de seguridad haciendo estragos a punta de allanamientos, desapariciones, y todo tipo de persecuciones contra todo lo que se moviera, y además con el tufo de los traquetos empezando a empañar el vidrio, sencillamente les dio miedo y dejaron de hacerlo. Les queda el mérito de haber empezado lo que después, quizás más tímidamente, continuaron otros (los que firmaban con una florecita). ¿Qué pasó? Según Camilo después se volvió muy individual la protesta, y según Cristina, concretamente en Colombia se volvió mortal.

UC publica un artículo aparecido en el periódico El Mundo (3 de agosto de 1980) que retrata la polémica que levantaron esos grafitis, y se compromete de nuevo a que pronto, muy pronto, convocará a un CONCURSO DE PROTESTA. Preparados todos.


altLas razones del EL Corazón


Nota: A la redacción de Vida del Mundo llegó en el transcurso de la semana la siguiente carta, donde se explica el origen de las frases que sobre la autoridad, la sexualidad, la libertad y la muerte, han marcado los muros de Medellín desde hace tres meses. Los autores de la carta, escrita en pulido manuscrito fotocopiado, explican los propósitos de esta “campaña”. En la presentación de la carta, invocan nuestro compromiso con la libertad que los lectores tienen de enterarse de sus razones. Aquí la transcribimos textualmente.

Texto de la carta
Tal vez la mejor manera de comenzar a hablar de las consignas firmadas con el corazón, que han venido apareciendo en Medellín de un tiempo para acá, de su fundamentación y del lugar que ocupan en la lucha política, nos la brinda la respuesta unánime que han tenido entre la derecha y la izquierda tradicionales: el rechazo, la persecución.

En efecto, a una fotografía de una de las consignas que publicó el tan excelso representante de la reacción como es El Colombiano, con un pie de foto en el que clamaba por la cacería y el acallamiento, no se hizo esperar la respuesta del Moir y sus aliados —tan esqueléticos como él— que se dedicaron con motivo del Primero de Mayo a utilizar sus insulsos, repetidos y monótonos carteles en la tarea de tapar las consignas, así eso les implicase respetar los afiches de liberales y conservadores.

Pero no es de extrañar, más bien la repuesta desatada valida nuestra postura y objetivos: todos esos, unos abiertamente y otros encubiertos en la palabra revolución, tienen la misma alma de fachos y tiranos, tienen la misma disposición de silenciar la libertad.
Y no nos engañamos: nuestra acción se inscribe en un claro escenario político. Por eso definimos nuestra lucha como una lucha política en la que hay que contender contra enemigos que tienen máscaras diferentes, pero con una identidad única: defienden con celo la autoridad y la obediencia.

altNos negamos a circunscribir al enemigo al exclusivo espacio de los aparatos del Estado. Más bien creemos que aunque el poder hace uso del Estado para maniatar y reducir, sojuzgar y aniquilar, tiene, ante todo, la capacidad de diseminarse sobre toda la superficie social, controlando la vida, no sólo bajo la forma del soldado amenazador, sino de lo más cotidiano: el amor; la sexualidad; la familia; las relaciones con la vejez y la niñez; las nociones interiorizadas de macho y hembra y los lugares asignados y aceptados al hombre y a la mujer; la distribución y la utilización de los espacios urbanos y rurales; las formas de encierro como la cárcel, el manicomio, la escuela, la fábrica; las formas de dirigismo y obediencia, dogma y acatamiento, como la iglesia y los partidos políticos; las relaciones del trabajo y la diversión; los sistemas de segregación sobre el negro, las minorías, las formas de sexualidad que no se encuadran en la cópula genital; en fin, en tantas maneras.

Por eso las rabias y las amenazas de una burguesía que sólo puede preservarse si logra mantener la obediencia. Y por eso también las furias de la izquierda dogmática y falta de imaginación, que ama las doctrinas y las funciones de profeta y discípulo, que grita vivas a la revolución en la plaza y luego regresa a la casa o a la universidad a ser el mismo padre, el mismo amante, el mismo profesor o estudiante, como cualquier burgués de dos por cinco, que siempre piensa que la revolución está más allá de la vida diaria, que vive, y que es una cosa para hablar hoy y hacer mañana, que sólo le alcanza la imaginación para asociar revolución con relaciones sociales de producción, que creen que unos iluminados, posesos de la verdad, representan al proletariado, que cantan alabanzas al partido y al Estado y que, por eso mismo, no se asustan cuando sus revoluciones, esas de las que siempre escogen una para sí como modelo, igual que cualquier sociedad burguesa, se enorgullecen de sus cárceles y manicomios, de la defensa que hacen de la familia y de la escuela, de sus kafkianos aparatos y funcionarios judiciales, en fin, de todo aquello que garantiza y reproduce las relaciones de poder, así quieran engañarse y engañarnos diciendo que éste es el poder del proletariado que por operación alquímica queda transubstanciado en los funcionarios del partido y de la burocracia, lo que en fin de cuentas es lo mismo.

Pensamos que la lucha revolucionaria es, no una lucha contra el estado burgués simplemente, sino contra lo que subtiende la posibilidad de éste: todas esas relaciones que desde la vida cotidiana preparan a la gente para el silencio y la obediencia. Nadie es la verdad única, por eso es necesario rescatar la imaginación, la voz y la acción de todos. Para no extraviarse, la revolución tiene que dinamitar todos esos laboratorios donde se procesa la mansedumbre y la obediencia, el silencio y la sumisión, cosa en la que son duchos burgueses y leninistas de todos los pelambres.

De ahí que no nos inspire ningún afán profético, que no hagamos trazados organizativos para que la gente nos adhiera y por ensanche lleguemos, un remoto día, a ser dirigentes o vanguardia de la revolución, que no citemos a congresos públicos o clandestinos de donde habrá de salir “el verdadero camino” que opondremos al de los otros.

altSólo convocamos a ganar la libertad, entendida como concresión histórica y social y como ampliación de las posibilidades y realizaciones de la vida, logro sólo posible en la permanente lucha de todos contra todas las formas del poder y sumisión. Por eso invitamos a todos los que odien el poder a luchar ahí, en todos los lugares donde su vida es, y ya. Y si quieren, como nosotros, ganarse los muros y las paredes para romper esa absurda estética de opresores, que ve más bella una ciudad enmudecida que una ciudad llena de garabatos, elevar su grito en busca de la libertad y de la vida, ¡háganlo!, al fin y al cabo ya Zorba nos lo ha dicho: “Tengo la convicción de que solamente aquel que quiere ser libre es un ser humano”.

Nota: La carta está firmada por el mismo corazón que identifica las consignas de los muros.


Por: www.universocentro.com

A Medellín si vuelve la violencia, es más, nunca se fue...

230.000 FIRMAS CONFIRMAN LA CIUDAD BLINDADA
A Medellín la violencia no vuelve, es una de las campañas en contra de la violencia promovida por la alcaldía de Medellín desde mediados del año pasado; esta iniciativa ha pretendido hacer ver a Medellín como la ciudad que ha pasado del miedo a la esperanza como reza otra de las campañas.
Ahora bien, pretender mostrar a partir de estas campañas que la ciudad ha superado el escenario de control armado, de violencia, de grupos paramilitares, de sicariato y mafia que han permeado todas las estructuras de la sociedad, incluso las instituciones del Estado no es fácil.

Lo grave de este asunto, es que las iniciativas de la alcaldía han hecho que las personas que viven y que vienen a Medellín se convenzan de que a Medellín la violencia no vuelve, debido a una ciudad servicios blindada por militares, ejércitos, empresas de vigilancia y la policía.

Lo particular de esto, no es que los extranjeros sientan que el conflicto ha pasado, sino que los mismos habitantes de la ciudad lo crean así, aunque vivan en medio del control armado y padezcan las graves manifestaciones del conflicto social y político en el que ha vivido el país desde su Independencia: las gentes viven en medio de la exclusión social y política, de la miseria, de la escasez, sin ni siquiera tienen acceso a un mínimo vital. Aun así creen que Medellín ha logrado sacar la violencia de las calles pues, la costumbre de los grupos armados no les deja ver la injusticia que estos ayudan a perpetuar, la violencia estructural de una “ciudad blindada” que se ha convertido en un asunto natural-militar, que ha hecho la guerra presente en un hecho del pasado, terminando con las organizaciones y movimientos que se oponen a lo establecido o buscan cambiarlo.

A cambio de ello, los habitantes se enardecen de los parques bibliotecas, así no tengan tiempo de ir a leer, o así no le vean sentido a ello; de grandes construcciones de museos y parques así no tengan con que entrar a ellos porque el costo es muy alto. Los “ciudadanos” viven en el adormecimiento de la conciencia, del embrutecimiento provocado por la imposición en el inconsciente del modelo neoliberal y el consumo; y claro, de las fuertes campañas publicitarias (además de las mencionadas, están entre otras: en Medellín la violencia sin armas es otro cuento y un arma menos es muchas vidas mas), que han logrado que la gente en medio de su tragedia y la guerra crea que vive en una ciudad ejemplar.

Ahora bien, el asunto en esta ocasión -sobre le que quisiéramos hacer algunas apreciaciones- es que esa creencia de una ciudad sin guerra se manifiesta en contradicciones políticas como la que se acaba de protagonizar en los últimos días.

El día primero de abril de este año, la asociación de ediles de la ciudad entregó al comandante Nacional de la Policía y al presidente del Consejo de Medellín, personajes acompañados de funcionarios de la alcaldía, incluso de la Unidad de Derechos Humanos de la Personería, un total de 230.000 firmas aproximadamente en las cuales le imploraban al comandante de la policía que dejara en la ciudad a mil policías nuevos, es decir, aumentar el pié de fuerza en mil agentes más, debido a la necesidad de mantener la convivencia.

Si a Medellín la violencia no vuelve, ¿entonces para que se necesita más policía?, ¿Quién dijo que para mantener la convivencia es necesario un aparato armado?, ¿quieren los ediles de Medellín, mantener la convivencia por medio de la fuerza?, ¿a quien pretenden realmente controlar?, ¿no le vasta a las 230000 personas que firmaron, con los más de 10 mil agentes del Estado que habitan la ciudad, los más de cuatro mil reinsertados de los paramilitares que hacen presencia en los barrios del valle de aburrá, las más de 50 empresas de seguridad privada, los cinco mil vigilantes independientes, la red de informantes, las más de 300 bandas que hacen presencia en las calles, las convivir, las oficinas de sicariato?; pues parece que no, y aun así requieren más.

Es increíble ver como la naturalización de la violencia a través del militarismo, hace creer que para la paz y la convivencia lo que se necesita es control armado, obediencia y eliminación; tenemos pues, una ciudad que con un excelente ejemplo de participación, reivindica el Estado policial y prohibicionista, reivindica las políticas de control social general, considera que es necesario un control preventivo; olvidando que son ellos, las gentes las mismas víctimas de este ejercicio de violencia; pues consideramos que la policía colombiana dista de ser un órgano civil como fue pensado en las sociedades democráticas, y se ha convertido en un aparato militar de control y represión.

Con estas firmas, se apunta una vez más a la continuidad de la violencia, a la permanencia de personas armadas en los barrios, al disciplinamiento de la gente y el adoctrinamiento por medio de la fuerza y la autoridad. Este hecho es una muestra más de los caminos errados para la paz; ¿puede pensarse una paz en la que la opción del Estado es alzarse en armas?, la respuesta es clara, para la consecución de la paz y la convivencia se requiere de una transformación cultural que permita cambiar los valores por medio de los cuales las personas se relacionan, es necesario acabar con la violencia estructural que mantiene el mismo Estado, es necesario asumir el riesgo de la libertad y del respeto por la diferencia; pero en cambio, campañas como las mencionadas mantendrán a Medellín en el miedo y el terror, además agudizaran la legitimación que la gente tiene de la violencia y la confrontación armada, del control, fortalecerán el temor por el diferente, y lo peor, seguirá sosteniendo las profundas causas del conflicto social.

Llama la atención de manera particular que sean algunas Universidades, las mismas que deberían de defender la democracia y la libertad, de ayudar a la solución del conflicto social, las que hayan promovido y ayudado en la consecución de estas firmas, ¿Qué tipo de sociedad es la que están promoviendo?, ¿por que el consejo de Medellín y los ediles promueven esta campaña?, ¿Cuál es el modelo de democracia al que le apuestan?, ¿por que la personería estaba allí?, creen acaso ¿Que la protección de los derechos humanos se da por medio de la presencia policial?.

No se puede dejar pasar por alto actos como estos sin sentar una voz de descontento en una ciudad blindada o militarizada, sin dejar de mencionar que el camino de la paz es la paz misma, que no hay paz alzada en armas; que el control social, el miedo y el autoritarismo son contrarios a la paz y sus valores, que en lugar de policías necesitamos 1000 defensores de derechos humanos más, mil colegios más, mil universidades más, mil empleos más, mil valores más, mil campañas de respeto, mil movimientos y organizaciones sociales más, mil expresiones culturales más; mil campañas publicitarias, pero de esas que digan ningún ejercito defiende la paz; servicio militar obligatorio... Y mi vida qué?; imagínate una guerra a la que no va nadie; o mejor… colorearse para la vida o uniformarse para la guerra.

Por: Red Juvenil

En libertad las 25 personas detenidas

En LIBERTAD los 25 campesinos capturados el pasado 29 de marzo por miembros del Gaúla Regional de Bucaramanga en los municipios Socorro, Simacota, Chima y El Hato, y expuestos ante la opinión publica como miembros del Ejercito de Liberación Nacional, ya que el fiscal se abstuvo de dictar medida de aseguramiento por falta de material probatorio.

EN LIBERTAD LAS 25 PERSONAS DETENIDAS
EL PASADO 29 DE MARZO EN SANTANDER

En LIBERTAD los 25 campesinos capturados el pasado 29 de marzo por miembros del Gaúla Regional de Bucaramanga en los municipios Socorro, Simacota, Chima y El Hato, y expuestos ante la opinión publica como miembros del Ejercito de Liberación Nacional, ya que el fiscal se abstuvo de dictar medida de aseguramiento por falta de material probatorio.

En ese momento nuestra fundación informó a la comunidad nacional e internacional que el gobierno nacional viene realizando falsos positivos judiciales donde son presa y alimento para la fachada de grandes avances de la política de seguridad democrática campesinos, campesinas, jóvenes, humildes ciudadanos y ciudadanas, con procesos ficticios y falta de cualquier elemento probatorio en su interior.

Denunciamos la actitud del Gobierno nacional y los entes militares al exponer a estas personas ante la opinión pública, haciendo un claro acto difamatorio que luego será aprovechado en el proceso judicial para agregar testigos de cargo, como ha sucedido en varios procesos.

De igual forma disentimos la actitud del señor Fernando Ibarra, representante del programa de protección de la vicepresidencia de la República, quien en su informe de derechos Humanos presentado en la pasada reunión del Comité Departamental de Derechos Humanos, informó la detención de 25 miembros del Ejercito de Liberación Nacional en Santander, violando la presunción de inocencia.

Exigimos al Gobierno Nacional y Departamental hacer las acciones necesarias para que a estas 25 familias se les garantice la vida y la seguridad, en su sitio de vivienda, pues como muchas veces lo hemos denunciado a personas que viven situaciones similares luego son objeto de amenaza, acoso y desplazamiento.

NO MÁS FALSOS POSITIVOS.

NO MAS JUDICIALIZACIONES A CAMPESIN@S ¡



Seccional Santander.

Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos