“no mijo, apenas nos dejaron bajar no ve que toda la mañana se dieron bala, hoy madrugaron a enfrentarse por ahí desde las ocho de la mañana y quien sale pues con esas balaceras”.. El pasado viernes 3 de julio pudimos evidenciar la dura guerra que hoy se libra en la comuna trece de Medellín, en el marco de la tercera jornada de Atención de Victimas del Conflicto.
Eran las 8:00de la mañana del día viernes 3 de julio del presente año y nos encontrábamos en la comuna 13 realizando nuestra tercera jornada del proyecto de la FundaciónForjandoFuturos, y la investigación Victimas Violencia y Despojo que se adelanta con la Universidad San Buenaventura, Universidad Autónoma Latinoamericana y el IPC, bajo el proyecto de Mejoramiento del Acceso a la Verdad, Justicia y Reparación de Victimas del Conflicto Armado, en Medellín.
Por los grandes índices de violencia que se registraron años atrás antes, después y en el transcurso de la tan mencionada y controvertida “operación Orión”, esperábamos una afluencia de victimas mucho mayor de la que atendimos en el corregimiento de San Cristóbal y en el barrio Santo Domingo, pero vaya sorpresa nos llevamos cuando a las 9 de la mañana solo habíamos hecho clasificación de 100 victimas, de las 500 o 600 que esperábamos a lo largo de la jornada.
Todos nos preguntábamos ante la preocupación de algunos organizadores de la jornada, ¿qué pasó?, ¿sería por la falta de información de los medios?, ¿por que el sector era de difícil acceso?, muchas preguntas surgían y sólo una era la respuesta, de la que nos enteramos en el desarrollo de la jornada mucho tiempo después.
A eso de las 12 y 30 p.m., se empezó a ver mucho más afluencia de Víctimas, empezaron a llegar las madres, padres, niñas, niños así la jornada iba tomando el color que todos esperábamos. Y entonces surgió la respuesta la cual obtuve en medio de una conversación con una victima del conflicto en el Salado Comuna 13, quien ante mi pregunta del por qué tan tarde habían bajado, me responde textualmente: “no mijo, apenas nos dejaron bajar no ve que toda la mañana se dieron bala, hoy madrugaron a enfrentarse por ahí desde las ocho de la mañana y quien sale pues con esas balaceras”.
Pues sí, esta era la respuesta, las personas ansiosas de asistir a la jornada no lo habían podido hacer debido a los constantes y cotidianos enfrentamientos que se dan casi todos los días y hasta varias veces en un mis mi día.
Según las victimas consultadas, cuando dos camiones del ejército arribaron, se pudo calmar la balacera y todas las personas lograron bajar a la jornada un poco tensionadas, y es que todos los días tienen que esperar a que llegue la fuerza pública para que se calme el conflicto y salir de sus casas a donde tengan que ir, o a veces hasta no salir pues estos nunca llegan.
Esta triste y cotidiana realidad la pudimos reconfirmar a la llegada del compañero encargado del perifoneo animando a las víctimas a asistir a la jornada, quien nos manifestó que en un sector de la comuna trece que visitaba, presencio como unos hombres asesinaban un joven en una esquina con toda la tranquilidad del mundo y como mas abajo dos “tipos” armados se le acercaron diciéndole: “¡¡Cucho!! hágale de ahí pa’ bajo con esa maricada, no se vaya a hacer dar piso por acá”.
Pues así es, asesinatos, enfrentamientos, balaceras, tiempos de tensión y de angustia, son las que están viviendo constantemente los habitantes de la Comuna Trece, en un sector donde supuestamente la tranquilidad había llegado después de la tan documentada y popular Operación Orión y donde el “orden” estaba imperando por la constante presencia de las autoridades.
Diferentes actos violentos tuvieron lugar en la noche del jueves y el medio día del viernes (día de la Jornada) en los barrios El Socorro, 20 de julio y Nuevos Conquistadores y que dejaron, según los vecinos, varias personas muertas y heridas.
Entonces ahora finalmente me pregunto: ¿por qué no se mencionó nada de esto en los medios de comunicación? Tan sólo el Mundo (sábado 4 de julio) publicó algo al respeto:¿Qué pasa en esta zona?, ¿qué paso con la totalidad de grupos que se habían desmovilizado?, ¿quienes se enfrentan?, ¿no que Medellín está tranquila según nos venden los medios? Y la ¿Seguridad Democrática depuse de ocho largos años de aplicación?
Y así son muchas las preguntas sin respuesta que nos hacemos muchos habitantes de Medellín; interrogantes mas que respuestas urgen por una pronta solución por parte de las autoridades, eso si, esperemos que sean soluciones sin ayudas de nadie extrañamente ILEGAL.
ALGUNOS RELATOS:
Algunos de los relatos que en la Jornada escuchamos resaltamos las cuales fueron publicadas en el periódico El Mundo (sábado 4 de julio):
A Sinforosa Álvarez Yépez le mataron dos hijos entre 1991 y 1994, esta mujer menuda y aparentemente frágil cuenta con dureza en sus ojos cómo sacaron a sus muchachos de 17 y 19 años de la casa y nunca más volvieron, aún después de tantos años dice que los extraña y puede verlos en la cara de sus nietos “yo soy nacida y criada en el barrio El Salado y por 66 años he podido ver como la violencia ha estado siempre fuera de mi casa, cuando uno siente el silbido de las balas, lo único que puede hacer es buscar el techito y pedirle a Dios que no sea la hora de uno” dice, sin embargo ve esta posible reparación como un alivio en parte a su dolor y su pobreza. 274 personas más acudieron a esta jornada buscando orientación y respuestas.
Sigifredo Gómez ya no recuerda hace cuanto llegó desplazado por la violencia desde Apartadó, pero lo que recuerda vívidamente es el día de hace 13 años en que mataron a su hijo y el letrero que dejaron sus victimarios fuera de la casa, decía “por sapo”. Sigifredo se acercó a Acción Social el año pasado y ayer llegó a la Institución Educativa Samuel Barrientos para ver cómo va su proceso “me demoré para denunciar pero luego entendí que yo también tengo derecho a reclamar por el sufrimiento que me causaron”.
María Arenas también perdió a su hijo de 26 años “un muchacho como ya no hay” recuerda, él le informó a varios jóvenes de la zona que estaban en peligro y por eso lo sacaron a la fuerza de la casa, en la que vivía con cuatro hijos, y apareció muerto dos horas después.
Ahora ésta abatida madre por fin puede reclamar reparación, ya sabe que los perpetradores fueron militantes del Bloque Héroes de Granada que delinquían en la zona en 2004.
Otros casos de victimas en esta nueva ola de violencia no pueden acceder a estos beneficios pues la ley los excluye considerándolos victimas de delitos comunes y no del conflicto armado pues este según el gobierno ya terminó.
Por: Walter Rivera - Kavilando
Tomado de: www.redjuvenil.org
Eran las 8:00de la mañana del día viernes 3 de julio del presente año y nos encontrábamos en la comuna 13 realizando nuestra tercera jornada del proyecto de la FundaciónForjandoFuturos, y la investigación Victimas Violencia y Despojo que se adelanta con la Universidad San Buenaventura, Universidad Autónoma Latinoamericana y el IPC, bajo el proyecto de Mejoramiento del Acceso a la Verdad, Justicia y Reparación de Victimas del Conflicto Armado, en Medellín.
Por los grandes índices de violencia que se registraron años atrás antes, después y en el transcurso de la tan mencionada y controvertida “operación Orión”, esperábamos una afluencia de victimas mucho mayor de la que atendimos en el corregimiento de San Cristóbal y en el barrio Santo Domingo, pero vaya sorpresa nos llevamos cuando a las 9 de la mañana solo habíamos hecho clasificación de 100 victimas, de las 500 o 600 que esperábamos a lo largo de la jornada.
Todos nos preguntábamos ante la preocupación de algunos organizadores de la jornada, ¿qué pasó?, ¿sería por la falta de información de los medios?, ¿por que el sector era de difícil acceso?, muchas preguntas surgían y sólo una era la respuesta, de la que nos enteramos en el desarrollo de la jornada mucho tiempo después.
A eso de las 12 y 30 p.m., se empezó a ver mucho más afluencia de Víctimas, empezaron a llegar las madres, padres, niñas, niños así la jornada iba tomando el color que todos esperábamos. Y entonces surgió la respuesta la cual obtuve en medio de una conversación con una victima del conflicto en el Salado Comuna 13, quien ante mi pregunta del por qué tan tarde habían bajado, me responde textualmente: “no mijo, apenas nos dejaron bajar no ve que toda la mañana se dieron bala, hoy madrugaron a enfrentarse por ahí desde las ocho de la mañana y quien sale pues con esas balaceras”.
Pues sí, esta era la respuesta, las personas ansiosas de asistir a la jornada no lo habían podido hacer debido a los constantes y cotidianos enfrentamientos que se dan casi todos los días y hasta varias veces en un mis mi día.
Según las victimas consultadas, cuando dos camiones del ejército arribaron, se pudo calmar la balacera y todas las personas lograron bajar a la jornada un poco tensionadas, y es que todos los días tienen que esperar a que llegue la fuerza pública para que se calme el conflicto y salir de sus casas a donde tengan que ir, o a veces hasta no salir pues estos nunca llegan.
Esta triste y cotidiana realidad la pudimos reconfirmar a la llegada del compañero encargado del perifoneo animando a las víctimas a asistir a la jornada, quien nos manifestó que en un sector de la comuna trece que visitaba, presencio como unos hombres asesinaban un joven en una esquina con toda la tranquilidad del mundo y como mas abajo dos “tipos” armados se le acercaron diciéndole: “¡¡Cucho!! hágale de ahí pa’ bajo con esa maricada, no se vaya a hacer dar piso por acá”.
Pues así es, asesinatos, enfrentamientos, balaceras, tiempos de tensión y de angustia, son las que están viviendo constantemente los habitantes de la Comuna Trece, en un sector donde supuestamente la tranquilidad había llegado después de la tan documentada y popular Operación Orión y donde el “orden” estaba imperando por la constante presencia de las autoridades.
Diferentes actos violentos tuvieron lugar en la noche del jueves y el medio día del viernes (día de la Jornada) en los barrios El Socorro, 20 de julio y Nuevos Conquistadores y que dejaron, según los vecinos, varias personas muertas y heridas.
Entonces ahora finalmente me pregunto: ¿por qué no se mencionó nada de esto en los medios de comunicación? Tan sólo el Mundo (sábado 4 de julio) publicó algo al respeto:¿Qué pasa en esta zona?, ¿qué paso con la totalidad de grupos que se habían desmovilizado?, ¿quienes se enfrentan?, ¿no que Medellín está tranquila según nos venden los medios? Y la ¿Seguridad Democrática depuse de ocho largos años de aplicación?
Y así son muchas las preguntas sin respuesta que nos hacemos muchos habitantes de Medellín; interrogantes mas que respuestas urgen por una pronta solución por parte de las autoridades, eso si, esperemos que sean soluciones sin ayudas de nadie extrañamente ILEGAL.
ALGUNOS RELATOS:
Algunos de los relatos que en la Jornada escuchamos resaltamos las cuales fueron publicadas en el periódico El Mundo (sábado 4 de julio):
A Sinforosa Álvarez Yépez le mataron dos hijos entre 1991 y 1994, esta mujer menuda y aparentemente frágil cuenta con dureza en sus ojos cómo sacaron a sus muchachos de 17 y 19 años de la casa y nunca más volvieron, aún después de tantos años dice que los extraña y puede verlos en la cara de sus nietos “yo soy nacida y criada en el barrio El Salado y por 66 años he podido ver como la violencia ha estado siempre fuera de mi casa, cuando uno siente el silbido de las balas, lo único que puede hacer es buscar el techito y pedirle a Dios que no sea la hora de uno” dice, sin embargo ve esta posible reparación como un alivio en parte a su dolor y su pobreza. 274 personas más acudieron a esta jornada buscando orientación y respuestas.
Sigifredo Gómez ya no recuerda hace cuanto llegó desplazado por la violencia desde Apartadó, pero lo que recuerda vívidamente es el día de hace 13 años en que mataron a su hijo y el letrero que dejaron sus victimarios fuera de la casa, decía “por sapo”. Sigifredo se acercó a Acción Social el año pasado y ayer llegó a la Institución Educativa Samuel Barrientos para ver cómo va su proceso “me demoré para denunciar pero luego entendí que yo también tengo derecho a reclamar por el sufrimiento que me causaron”.
María Arenas también perdió a su hijo de 26 años “un muchacho como ya no hay” recuerda, él le informó a varios jóvenes de la zona que estaban en peligro y por eso lo sacaron a la fuerza de la casa, en la que vivía con cuatro hijos, y apareció muerto dos horas después.
Ahora ésta abatida madre por fin puede reclamar reparación, ya sabe que los perpetradores fueron militantes del Bloque Héroes de Granada que delinquían en la zona en 2004.
Otros casos de victimas en esta nueva ola de violencia no pueden acceder a estos beneficios pues la ley los excluye considerándolos victimas de delitos comunes y no del conflicto armado pues este según el gobierno ya terminó.
Por: Walter Rivera - Kavilando
Tomado de: www.redjuvenil.org