viernes, 12 de noviembre de 2010

Prosigue el secuestro de civiles saharauis y los asaltos a sus viviendas

En el Aaiun, Sahara Occidental, la población saharaui está aterrorizada, las autoridades marroquíes siguen realizando secuestros, detenciones y torturas de civiles saharauis, así como el allanamiento sistemático de sus hogares. Es muy dificultosa la salida a la calle, donde las tiendas y las instituciones educativas siguen cerradas.

El aumento de este bloqueo constituye una amenaza permanente para la vida de los saharauis que se encuentran refugiados dentro de sus casas; en decenas de casas de diferentes barrios de la ciudad se han producido constantes incursiones de los equipos especiales de seguridad contratados para este fin, que saquean y torturan sistemáticamente.

Aún permanecen una gran cantidad de saharauis desaparecidos y detenidos, entre los que se encuentran ancianas, mujeres y niños, según el testimonio de las familias de los detenidos no han podido acudir a la sede de la gendarmería en el Aaiun, dado el terror impuesto y la colocación de barreras a lo largo de las vías de circulación, que son vigiladas por el ejército, fuerzas auxiliares y policías tanto identificados con uniforme como vestidos de civil.

Después de la eliminación definitiva por la fuerza del campamento, situado a 12 km al este de la ciudad, hasta el momento se desconoce el destino de muchos de los saharauis y el verdadero número de muertes causadas por el asedio que ha producido una situación tensa e inestable en la región.

A pesar de que las autoridades marroquíes han liberado los días 10 y 11 de noviembre de 2010 a numerosos civiles saharauis, en su mayoría mujeres y niños menores de edad, aún se encuentran detenidos decenas de ellos que son sometidos a interrogatorios sin conocer las familias su situación. La mayoría de los liberados han sido objeto de malos tratos, torturas, humillaciones y prácticas degradantes para la divinidad humana tras su detención en la comisaría de policía de el Aaiun (Sahara Occidental), se confirma que el Defensor de los Derechos Humanos El Laili Layla que había sido secuestrado el 9 de noviembre 2010 en el distrito Douret por elementos de la policía marroquí vestidos de civil, fue interrogado sobre su relación con el Comité organizador del Campamento, golpeado, escupido, sometido a palizas y humillaciones durante más de 24 horas antes de ser liberado en compañía de otras 50 mujeres que habían sido detenidas durante la incursión militar al Campamento.

La familia del niño saharaui menor Hamza Chuwaf de 14 años de edad, manifestó que su hijo fue secuestrado aproximadamente a las 12 horas del 8 de noviembre de 2010 en el distrito industrial por la policía marroquí vestida de civil, posteriormente fue liberado aproximadamente a las 8 de la noche del 10 de noviembre de 2010, después de ser torturado en las oficinas de la policía judicial, siendo todavía visibles los efectos de las torturas en diversas partes del cuerpo, especialmente en la boca, la cabeza y las piernas que fueron quemadas con cigarrillos y agredieron su cuerpo con instrumentos cortantes. El mismo sufrimiento fue infligido a otro joven saharaui de 28 años que fue secuestrado por la policía marroquí el 9 de noviembre de 2010, cuando salía de su casa, su familia desconocía su paradero hasta su liberación al día siguiente con marcas visibles en su cabeza, piernas y rostro, teniendo dificultad para hablar y moverse. Igualmente el secuestro de otro joven saharaui se produjo tras el allanamiento y rotura de la puerta de su casa, acompañada de malos tratos y amenazas a su familia, incluidos miembros de la familia menores de edad presentes.

La esposa del Defensor de derechos humanos Brahim Ismaili ha declarado que sobre la 1 de la mañana del 10 de noviembre de 2010, decenas de personas utilizando escaleras accedieron a su casa, allanada por la fuerza y aterrorizaron a toda la familia,
BRAHIM ISMAILI, secuestrado junto a su sobrino MOHAMMED SALEM AL BUSAIDI, han sido golpeados y maltratadas tanto su madre, como sus hermanas en el transcurso del registro de la vivienda perpetrado con violencia, en la que se ha aterrorizando a los miembros de la familia presente. La familia ignora la suerte los secuestrados ya que no es posible acceder a las comisarías de policía y la gendarmería debido a la inseguridad y al bloqueo de los accesos.

En el mismo contexto, el 10 de noviembre de 2010 se produjo el allanamiento de la casa de otros defensores saharauis de derechos humanos MUSTAFA DAH y GHALIA DJIMI, ante la insistente búsqueda por parte policía marroquí de los extranjeros que piensan puedan encontrarse albergados en los hogares de los defensores de los derechos humanos saharauis, motivo por los que están sometidos a un férreo control.

Siguen llevándose a cabo redadas en muchas de las casas de la población saharaui en diferentes barrios del Aaiun, donde siguen produciéndose saqueos, incendios y robos de decenas de tiendas, coches y edificios.


Colectivo de saharauis de Derechos humanos CODESA

Aaiun, Sahara Occidental, a 12 de noviembre 2010






Vista aérea del muro. Con más de 2.700 metros de longitud, es considerado el segundo muro más largo del mundo después de la Muralla China.


[+ Información sobre El muro de la vergüenza del Sahara Occidental, ¡Aquí!]


¡SAHARA LIBRE YA!

Video del campamento saharaui asaltado por la policía que protestaba para exigir mejores condiciones de vida



Video: bbc.co.uk
Imagen: bbc.co.uk
Tomado de: territoriosocupadosminutoaminuto.blogspot.com

Estudiantes expulsan al Esmad de la U de A


Para las 10 de la mañana del jueves la Rectoría, el Comité Rectoral, el Consejo Académico y la organización “Universitarios por la casa de todos” citaron a los estudiantes para un acto simbólico en rechazo a los “actos violentos” cometidos por un grupo de encapuchados el pasado nueve de noviembre, pues éstos se subieron hasta el techo de la edificación a tumbar una cámara de seguridad instalada durante el cierre de la Universidad entre el 15 de septiembre y el 11 de octubre.

Centenares de estudiantes se encontraban rodeando la Biblioteca prestos a participar de la manifestación, incluso entre pétalos de flores que querían dar cuenta de la voluntad pacífica de la misma. Pero a las 10 y media sonó una explosión que alertó a los escuadrones del Esmad, que desde el primer día del cierre vigilan todas las entradas al campus universitario.

Esto provocó que cerca de 15 hombres de este ejército entraran a la Universidad por la portería de Barranquilla y otros 15 por la de Ferrocarril, formándose en torno a los estudiantes. A la vez se escuchó por los micrófonos instalados para el acto simbólico a la Decana de la Facultad de Ciencias Sociales, Luz Stella Correa, advirtiendo que en el Bloque uno se encontraban unos estudiantes retenidos.

“Cuando llegaron vieron a unos estudiantes que no estaban encapuchados con papas bombas. Los directivos intercedieron para que dejaran ir a los retenidos” afirmó una de las empleadas de aseo del Bloque nueve, mientras advertía a sus compañeras del bloque uno y siete para que estuvieran atentas ante cualquier anormalidad.

"En una conferencia nos dijeron que si entraba la Policía nos fuéramos, porque ellos entraban y no distinguían a nadie", concluyó.

Por su parte el Esmad, tras su ingreso y unos minutos de espera en los que se vio al personal de la Personería tratar de dialogar con su comandante, desfiló por la cadena de corredores paralela a la Plazoleta Barrientos, para luego atravesar todo el conglomerado de estudiantes que se encontraba en las afueras de la de la Biblioteca Central. Luego llegaron hasta la entrada del Teatro Camilo Torres, lo que provocó rechazos mucho más airados de los estudiantes.

Su desfile regresó por el mismo sendero, mientras centeneras de estudiantes los perseguían para cuidar cuál sería su ruta y ahuyentarlos de la Universidad: "¡En Colombia el que no estudie es Policía Nacional!, ¡Fuera, queremos estudiar!" decía el contraflujo de personas que presionaban a los hombres del Esmad para que abandonaran las instalaciones. En los márgenes se encontraban otros estudiantes gritando arengas: "¡váyanse de la U! ¡Cerrémosle las entradas, no los dejemos pasar!"

La actitud de los policías era impasible. No estaba claro cuál era su objetivo. Lo cierto es que su ruta pasó por lugares estratégicos de la Universidad, lo que alteraba aún más a los estudiantes y los profesores. Los gritos continuaban mientras las tanquetas daban vueltas en círculo alrededor del campus sin emprender ninguna acción.

Finalmente la Policía se retiró, y regresó a sus puestos de vigilancia en las porterías. Los estudiantes permanecieron reunidos en algunos círculos de discusión.


[+ Fotografias en: delaurbedigital]


Por: Redacción De la Urbe
Tomado de: delaurbedigital.udea.edu.co




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