Noticia: Dos Manzanas
Jacob Zuma, un político profundamente homófobo y peligrosamente desconocedor de la infección por VIH/sida que asola su país, ha sido elegido de forma muy mayoritaria nuevo presidente de Sudáfrica. Zuma era el candidato del Congreso Nacional Africano, el partido que en su momento encabezó Nelson Mandela.
Son muchos los aspectos inquientantes que muestra Zuma, pero valga como muestra un par de comentarios. Sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, legal en Sudáfrica por decisión de su Tribunal Supremo, Zuma afirma que es “una desgracia para la nación y para Dios”. Sobre el VIH/sida, Zuma, que llegó a ser acusado de la violación de una mujer seropositiva, manifestó que se había duchado después de la relación sexual “para evitar el contagio del sida”. Zuma se defendió además de la acusación de violación diciendo que la mujer le había insinuado su deseo sexual vistiendo minifalda…
La actual Constitución sudafricana es una de las pocas del mundo que recoge expresamente la prohibición de discriminar a las personas en función de la orientación sexual. La decisión que en su momento tomó el Tribunal Supremo del país de permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo fue, además, unánime. Es muy poco probable, pues, que la elección de Zuma ponga el peligro los principios jurídicos que lo sustentan.
Sin embargo, si contemplamos la realidad social sudafricana y su rampante homofobia, la elección de Zuma resulta desalentadora. Hace escasas semanas nos hacíamos eco, por ejemplo, de la casi absoluta impunidad que rodeaba a las frecuentes violaciones y asesinatos de mujeres lesbianas en ese país. No parece probable, desde luego, que Zuma vaya a hacer de la lucha contra esta lacra una de sus prioridades. Por no hablar del profundo daño que la elección de alguien tan ignorante sobre la infección puede causar a la lucha contra el VIH/sida en un país especialmente castigado por la pandemia.
Tomado de: ARCADIA
Jacob Zuma, un político profundamente homófobo y peligrosamente desconocedor de la infección por VIH/sida que asola su país, ha sido elegido de forma muy mayoritaria nuevo presidente de Sudáfrica. Zuma era el candidato del Congreso Nacional Africano, el partido que en su momento encabezó Nelson Mandela.
Son muchos los aspectos inquientantes que muestra Zuma, pero valga como muestra un par de comentarios. Sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, legal en Sudáfrica por decisión de su Tribunal Supremo, Zuma afirma que es “una desgracia para la nación y para Dios”. Sobre el VIH/sida, Zuma, que llegó a ser acusado de la violación de una mujer seropositiva, manifestó que se había duchado después de la relación sexual “para evitar el contagio del sida”. Zuma se defendió además de la acusación de violación diciendo que la mujer le había insinuado su deseo sexual vistiendo minifalda…
La actual Constitución sudafricana es una de las pocas del mundo que recoge expresamente la prohibición de discriminar a las personas en función de la orientación sexual. La decisión que en su momento tomó el Tribunal Supremo del país de permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo fue, además, unánime. Es muy poco probable, pues, que la elección de Zuma ponga el peligro los principios jurídicos que lo sustentan.
Sin embargo, si contemplamos la realidad social sudafricana y su rampante homofobia, la elección de Zuma resulta desalentadora. Hace escasas semanas nos hacíamos eco, por ejemplo, de la casi absoluta impunidad que rodeaba a las frecuentes violaciones y asesinatos de mujeres lesbianas en ese país. No parece probable, desde luego, que Zuma vaya a hacer de la lucha contra esta lacra una de sus prioridades. Por no hablar del profundo daño que la elección de alguien tan ignorante sobre la infección puede causar a la lucha contra el VIH/sida en un país especialmente castigado por la pandemia.
Tomado de: ARCADIA
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