El presidente de Colombia lleva meses esquivando sistemáticamente el tema de su segunda reelección.
El aislamiento por la gripe porcina ha sido el mejor escudo para que el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, siga eludiendo un tema del que todos quieren que hable: la segunda reelección.
Como el presidente sigue recluido en su casa privada, sin contacto físico con otras personas, no se conoce públicamente su opinión sobre la aprobación en el Congreso de la convocatoria a un referendo para decidir si puede haber o no una segunda reelección. Y lo más probable es que tampoco se conozca una vez termine su aislamiento.
Uribe lleva meses esquivando sistemáticamente el tema. Ha admitido que la segunda reelección es una "encrucijada" de su alma y ha dicho que no hay que perpetuarse en el poder.
Pero, al mismo tiempo, el mandatario colombiano también ha pedido que se reelijan sus políticas de seguridad, económicas y sociales.
¿Reelegir sus políticas significa reelegirlo a él o a uno de sus aliados?, es la pregunta que surge inmediatamente.
"Otra pregunta, amigo", fue la respuesta que le dio Uribe a BBC Mundo en Roma cuando se le preguntó sobre su segunda reelección, algo que, por ahora, no permite la Constitución de Colombia.
¿Silencio obligado?
"Uribe no habla del tema por capricho, sino porque la Constitución se lo prohíbe y lo podrían encausar jurídicamente por participar en política", considera el analista Álvaro Forero, en diálogo con BBC Mundo.
Por el contrario, José Obdulio Gaviria, un amigo cercano de Uribe, de quien fue asesor durante varios años y hasta hace pocos meses, dice que el presidente "no tiene por qué hablar del tema".
"El que debe decir algo es el pueblo cuando sea consultado en las urnas", declara Gaviria a BBC Mundo.
Es evidente que el gobierno hizo todo lo que pudo por sacar adelante el proyecto de referendo, que finalmente fue aprobado a la medianoche del martes por un voto más de los que necesitaba en la plenaria de la Cámara de Representantes.
"Me siento muy contento de ver cómo la Cámara de Representantes interpretó el sentimiento mayoritario de los colombianos. Es un acto de grandeza de la Cámara", expresó el ministro de interior y justicia, Fabio Valencia, luego de la votación.
Por eso,muchos se preguntan qué cartas jugará Uribe con la aprobación del referendo en el Congreso y cuando aún falta el examen de la Corte Constitucional y que la gente vote en las urnas.
"El referendo es una manera de Uribe de mantener la gobernabilidad e imponer a un sucesor", dice Forero, quien es columnista del diario El Espectador.
Algunos creen que Uribe le apuesta a su propia reelección y que, como "Plan B", impulsa las candidaturas de aliados suyos, como el ex ministro Juan Manuel Santos y la ex canciller Noemí Sanín.
"No me cabe duda de que el presidente está buscando su propia reelección, pero como todavía el referendo tiene un camino que recorrer en su examen constitucional, en las dudas sobre su financiación y en cuanto al mínimo de votantes que se requieren, Uribe mantiene un plan B", asegura León Valencia, director de la Corporación Nuevo Arco Iris.
En diálogo con BBC Mundo, Valencia advierte que jugar con esas dos cartas, sin embargo, "les va a crear dificultades a los otros candidatos uribistas, que pasan a un segundo plano".
Pero Forero cree que Uribe está más empeñado en un dejar un sucesor que en reelegirse.
Sin embargo, el analista subraya que, a diferencia de 2006, cuando ocurrió la primera reelección de Uribe, las fuerzas políticas están hoy más dispersas y el presidente se tendrá que disputar el electorado con otras fuerzas, si, finalmente, decide competir por un tercer mandato de cuatro años.
Pero eso solo lo sabe con certeza Uribe, quien mantiene su silencio sobre el tema, cuando faltan nueve meses para las elecciones presidenciales de 2010 y hay más de una decena de candidatos que aspiran a sucederlo.
Para José Obdulio Gaviria todo se aclarará cuando se realicen las votaciones al referendo, programadas en principio para marzo de 2010, dos meses antes de las presidenciales.
"Uribe dirá lo que el pueblo decida. Si el pueblo dice sí, ese mandato lo obliga a presentarse a una segunda candidatura, pero si dice no, eso lo animará a buscar un candidato que tenga las calidades para reemplazarlo", concluye.
Por: Hernando Salazar - BBC
Tomado de: BBC Mundo.com
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