20 de Julio en Colombia: el día de la “dependencia” nacional
Resulta que mientras más fuerte se vive la “pasión por Colombia”, menos “patria” hay para los ciudadanos de a pie y mayor es la penetración de las potencias extranjeras.
La Bandera, el Mesías y el rebaño (Imágen de Prensa de Frente)
I.
Todos los medios de comunicación colombianos, que en bloque se dedican a la desvergonzada propaganda del régimen de Uribe y a manufacturar el supuesto “unamismo” en torno a la figura mesiánica del presidente-caudillo, prometieron que este 20 de Julio sería especial. Se hizo coincidir una nueva manifestación contra las FARC-EP y de respaldo a Uribe, con el día nacional de Colombia. Es verdad que aunque hubo quienes convocaron la manifestación por la liberación de todos los secuestrados en Colombia, el discurso del gobierno se impuso, al punto que los medios hicieron caso omiso de los cientos de secuestrados por el paramilitarismo o los desaparecidos por éste.
Para efectos de atraer masas, se organizaron conciertos y fiestas con megaestrellas que no iban a despreciar la jugosa oportunidad de aparecer ante las cámaras en esta actividad patrocinada por el gobierno y con una cobertura única. Como nunca antes, el espectáculo, la manipulación y el oportunismo se dieron de la mano para favorecer a uno de los bandos beligerantes. Uribe ha convertido su cruzada contra las FARC-EP en la cruzada de todo colombiano “bien”.
Aunque las manifestaciones no fueron, ni con mucho, tan importantes como las del 4 de Febrero, no se quedaron atrás en el despliegue de toda la parafernalia patriota: camisetas de “Colombia soy yo”, manillas tricolores, banderas para repartir, rostros pintados de rojo, azul y amarillo.
Mientras tanto, el gobierno de Colombia busca ansiosamente la manera más barata de venderse con dos acuerdos de libre comercio: el Tratado de Libre Comercio con los EEUU y el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, que están en veremos –uno, por la deplorable situación de derechos humanos en el país, el otro, puesto que al ser negociado en bloque con el resto de la Comunidad Andina, ha enfrentado la resistencia de Ecuador y Bolivia. No importa hipotecar el territorio, recursos y población, mientras se haga con un “vallenatico” a flor de labios y con una manillita tricolor.
Resulta que mientras más fuerte se vive la “pasión por Colombia”, menos “patria” hay para los ciudadanos de a pie y mayor es la penetración de las potencias extranjeras, cuyas multinacionales, según lo ha revelado el reciente informe del Tribunal Permanente de los Pueblos, son directamente responsables del desplazamiento forzado de millones de campesinos pobres[1]. El mapa de los megaproyectos (y de las plantaciones) en Colombia, cuadra, sospechosamente, con el mapa del paramilitarismo.
“Pasión por Colombia”... Si Bolívar estuviera vivo, ya se habría vuelto maníaco-depresivo.
II.
La celebración más sorprendente –y la más reveladora- del 20 de Julio fue la que se llevó a cabo en la Casa Blanca. En ella, Bush dio un discurso en el cual dejó en claro la relación “especial” que une a Colombia con EEUU. Sin ningún tapujo, sin ambigüedades, sin dejar ningún margen de duda, el presidente gringo dijo que Uribe había “hecho todo lo que le hemos pedido y más”[2]. Frase de indudable cuño neo-colonial que no fue contrariada por Uribe (y que no causó indigestión a ningún uribista), con lo cual queda claro que de “inteligencia superior” nada. La política de Uribe ha sido diseñada, en realidad, en Washington. Así se entienden Bush y Uribe, de patrón a peón.
¿Por qué tanto escándalo entonces cuando Chávez trató a Uribe de “peón del imperio”?
Para rematarla, como cuando antaño los indios eran llevados a las cortes de los gobernadores coloniales para alegrarles con sus cabriolas, Jorge Celedón y Jimmy Zambrano fueron llevados a la sede del gobierno de EEUU. Ahí, interpretaron ritmos neo-vallenatos ante un Bush que meneaba su cabecita con el pegajoso ritmo y que seguramente pensaba “very typical” al escuchar las cancioncitas. Luego, Celedón abrazaba a Bush, uno de los líderes más odiados del mundo, demostrando que el peón se siente orgulloso cuando es aceptado en la casa del amo, aunque más no sea para divertirse un rato.
¡Qué vergüenza por Celedón y por el neo-vallenato! (Y qué vergüenza por yo haber alguna vez vacilado “Ay Ombe”)
La parodia no podía ser más descabellada. Con todo su potencial simbólico, en el corazón mismo del imperio norteamericano, ese día se celebró el nuevo estatuto neo-colonial de Colombia.
¡Viva el protectorado norteamericano en Sudamérica!
III.
La situación neo-colonial de Colombia es aún más clara si se contrasta con su vecino Ecuador, que ha notificado a EEUU, en una decisión inusualmente digna para nuestras tierras americanas, que no renovará la base militar de Manta.
Colombia, en cambio, en medio de la borrachera patriótica, se transforma en un auténtico protectorado norteamericano: actualmente, hay cerca de 800 militares norteamericanos en suelo colombiano, sumados a un número indeterminado de mercenarios, llamados “contratistas” (que serían por lo menos cientos, en cualquier caso).
Colombia, además, ha recibido más de U$5. 000. 000. 000 de dólares por parte de Washington para implementar el Plan Colombia, y asesoría militar de Israel e Inglaterra. También existen unas tres bases militares de los EEUU en Colombia: en Tres Esquinas y Florencia, en el Caquetá, y en Villavicencio en el Meta.
Y se discute (aunque lo nieguen) la instalación de una cuarta base militar en el futuro, para desagraviar al Uncle Sam porque le dijeron “bye bye” en Manta…
Adivina buen adivinador: ¿cuántas bases militares colombianas hay en los EEUU? (Respuesta –leer al revés: orec)
IV.
Algunos gomelos despistados salieron diciendo que este sería un día en el que se celebraría una “segunda independencia”… curiosamente, no de los actores extranjeros ya mencionados, sino que ¡de las FARC! Qué mal tienen algunos la visión, claramente distorsionada, que les impide ver la realidad: las FARC-EP nunca han estado en el poder y, es más, han derechizado a importantes sectores de las clases medias con algunas de sus acciones más censurables.
Los que sí llegaron –hace rato- a éste, son los paramilitares, que se han enquistado en el parlamento, en el DAS, en el Ejecutivo, en todas las ramas del Estado colombiano. Esto ha quedado suficientemente al desnudo por la parapolítica, que tiene a los parlamentarios y jefes de partidos uribistas cayendo como fichas de dominó a la cárcel. Hasta la misma familia de Uribe va cayendo: su primo Mario Uribe ya cayó, y su hermano Santiago está casi, casi, y de momento sólo lo salva el celo con que su hermano lo defiende, que intimida a cualquiera que quiera jugar con esa candela.
Esa independencia aún no llega, y parece que se postergará, no para el otro 20 de Julio, sino que para unos treinta 20 de Julios más, porque Uribe ya se va apernando en el poder hasta quien sabe cuando.
V.
El patriotismo siempre ha sido la teología del Estado. Con él, se pone a la vaca y al matarife de un mismo bando. Con él, las instituciones creadas para el beneficio de los pocos con el poder y la riqueza para hacer uso de ellas, aparecen como verdades inamovibles, incuestionables, sagradas. Y Uribe ha sabido hacer buen uso de ella: ha llevado al paroxismo la identificación de su gobierno (y más específicamente, de su persona), con los metafísicos intereses “superiores” de la “patria”.
El que no está con Uribe, no es colombiano –para eso tenemos encuestas amañadas que demuestran “indudablemente” que el 99.9% de los colombianos son uribistas. Y pronto llegarán al 150%. La oposición es toda “apátrida”, venezolana o ecuatoriana.
VI.
Esa identificación entre “patria” y los intereses estrechos de las elites gobernantes y la clase social que lo sustenta (los patricios de siempre, secundados por la clase media urbana desaforada), es también reflejada en el grupo ultraderechista de gomelos bien “Colombia Soy Yo”. Nótese: Colombia no “somos todos”, ni “somos nosotros”. Sencillamente Yo, el Yo absoluto, con capacidad para hacer y deshacer sin ninguna clase de consideraciones. Ese Yo totalitario que Uribe encarna con su caudillismo autoritario y que produce una admiración masturbatoria en esa masa clasemediera acomplejada, que sueña con algún día ser lo que no puede.
Los otros, los 4.000.000 de desplazados que deambulan por las calles de los centros urbanos comiendo cuando se puede y durmiendo donde los dejan, los 30.000 desaparecidos por la barbarie paramilitar, los 5.000 militantes de la UP exterminados, los negros e indios que matan como a cucarachas, el 60% de pobres que no marchan y no aparecen ni en encuestas ni en nada, porque no existen para los medios, esos no son Colombia. Esos quien sabe qué serán. Venezolanos tal vez. Pero bueno, mal que mal, como dijo alguien por ahí, para los pobres, en realidad, nunca ha habido patria. Por eso quizás es que cada cierto tanto, para horror de las clases dominantes, se olvidan del himno nacional y resucitan aquel viejo tonito llamado “La Internacional”. Ahí la “patria” se vuelve a acordar de ellos. Para matarlos de nuevo.
VII.
Así las cosas, cada 20 de Julio parece que la “independencia” se vuelve más incierta y la “dependencia” más obvia. A lo mejor toca repensar a qué clase de independencia queremos aspirar los pueblos latinoamericanos: a la que busca perpetuar el culto muerto a las sacrosantas instituciones republicanas que benefician a los de siempre, o la que busca impulsar un modelo social que tenga al ser humano real (y no a la abstracción del “ciudadano”), a sus aspiraciones, motivaciones y necesidades, como el eje fundamental de su organización.
Para terminar, dejo la última palabra sobre el “patriotismo” y el “significado especial” de este 20 de Julio al periódico eclesiástico El Catolicismo, que llega oportunamente, y con gran lucidez, en medio de la otra borrachera que ha azotado Colombia de la mano del “patriotismo” –me refiero a la borrachera de la beatería, que ha visto al Ejército convertirse en la “mano de Dios”, que ha visto a Uribe transformarse en un auténtico Mesías que hace milagros, y que ha vuelto las reuniones gubernamentales en arrodilladeras y persignaderas ante este Santo y el otro.
“Ojalá pronto se les dé a los pobres de este país esa segunda oportunidad que seguimos esperando desde cuando el 20 de julio de 1810 nuestros próceres dieron ese grito de independencia que se suponía era el comienzo de una patria nueva, pero que no fue sino la eterna continuación de lo que ya éramos: una lejana colonia que se agita, que reza y que sueña con volverse una república que aún no llega”.
[3]
José Antonio Gutiérrez D.
27 de Julio del 2008
[1] http://www.elespectador.com/noticias/judicial/articulo-denuncian-presuntos-vinculos-entre-multinacionales-y-paras
[2] http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/articulo-estados-unidos-esta-colombia-amenaza-de-venezuela-bush
[3] http://www.elcatolicismo.com.co/?idcategoria=16745
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