Asegura el jefe paramilitar que las “AUC” ayudaron hasta con dinero a la campaña presidencial de Uribe Vélez. VOZ lo había denunciado en 2002. También que los ganaderos, latifundistas, industriales y comerciantes les colaboraron. Faltan muchos por responder en la “parapolítica”, asegura Mancuso
Salvatore Mancuso no se cansa de repetir en la celda de la cárcel Treatment Facility de Washington (Estados Unidos), en donde está encerrado desde cuando fue extraditado a Estados Unidos por decisión del presidente Álvaro Uribe Vélez, el mismo que les tendió la mano para un “proceso de paz”, que abruptamente canceló cuando los jefes paramilitares estaban señalando a sus colaboradores todos muy cercanos a la “Casa de Nari”, que “¡tiemblen los que nos ayudaron!”, porque a pesar de las amenazas contra su familia y la casi ninguna colaboración de la justicia estadounidense, él si está dispuesto a colaborar con “justicia y paz”, pero para señalar con su dedo a muchos que desde las alturas del poder o desde los gremios de la producción los ayudaron a formar el ejército de criminales que se conoció como las “AUC”.
Mancuso dice que con la extradición quisieron silenciarlos, porque no es cierto que hubieran seguido delinquiendo desde la cárcel, como lo reconoció hace pocos días el fiscal Mario Iguarán. “Uribe nos aplicó de esta manera la ley del silencio” le han oído decir personas que han tenido acceso a él.
La semana pasada, en lo más reciente, palabras más, palabras menos, así se lo dijo a la senadora Piedad Córdoba y a representantes de varias ONG de derechos humanos, que lo visitaron en la cárcel. Asumió el compromiso de declarar ante los fiscales de “justicia y paz”, porque “todavía no hemos dicho ni la tercera parte de lo que tenemos que decir”, dijo Mancuso. Uno de los participantes en el encuentro le comentó a este semanario que la reunión fue larga y no estuvo exenta de momentos de dura tensión. Sin embargo, Mancuso reconoció muchas cosas que le dirá a la fiscalía colombiana y espera que la justicia de los Estados Unidos les dé las garantías de participar en las audiencias públicas que serán convocadas al respecto. Allí lo juzgan por narcotráfico y poco interés existe en que colabore con la confesión de los crímenes que cometieron y de quiénes fueron sus colaboradores.
En la revista Cambio de la semana pasada se publica una larga entrevista con Salvatore Mancuso, realizada por el periodista Harold Abueta, con el sugestivo título: “Conmigo extraditaron la verdad”. El jefe paramilitar dice que “el Gobierno se asustó con las actividades de algunos comandantes y porque estábamos reconstruyendo la verdad. Me di a la tarea de decirles a todos los que trabajaron conmigo que contaran la verdad y en un estrado conté algunas de ellas”. Mancuso reafirma en la entrevista que él y Carlos Castaño se reunieron con Juan Manuel Santos (lo cual también dice Carlos Castaño en su libro “Mi confesión”), para promover un golpe de estado contra el entonces presidente Ernesto Samper.
Asimismo, el ex jefe paramilitar ahora extraditado, dice que muchas verdades quedaron sin efecto, entre ellas, “la connivencia de militares activos y en retiro, y de políticos importantes que hoy son candidatos presidenciales, con las autodefensas”.
Faltan muchos congresistas por responder
También le dijo a la revista Cambio, que faltan muchos congresistas por responder en la “parapolítica”. Dice que las confesiones quedaron truncas debido a la extradición. De manera directa acusó al ex gobernador de Santander, Hugo Aguilar, y al ex senador Luis Alberto Gil, al que llamó en la entrevista el “tuerto Gil”, del Partido Convergencia Democrática, uribista y de los más afectados por la “parapolítica”, de haberse reunido con las “AUC” y haber pactado acuerdos políticos con éstas.
Abunda en detalles sobre la colaboración del DAS con los paramilitares desde antes de Jorge Noguera y de manera directa señala que el ex subdirector Miguel Narváez colaboró con las “AUC”. Sobre la ayuda que le dieron a la candidatura de Uribe Vélez dijo: “Pero sí le puedo decir que la gran mayoría de nosotros apoyamos a Uribe porque recibimos instrucciones de los comandantes y así lo hicimos en todos los departamentos con influencia del bloque Norte”.
Más claro no canta un gallo. Los paramilitares ayudaron a Uribe Vélez y ahora él les da la espalda. Mientras aparecían las escandalosas declaraciones de Mancuso, el Presidente se le prendía como una garrapata a los Príncipes de Asturias en Medellín, buscando un efecto mediático que desviara la atención del país. En ello es un experto el señor Uribe Vélez.
Leyenda: Facsímil de VOZ en febrero de 2002 cuando denunció el apoyo paramilitar a la candidatura presidencial de Uribe Vélez la cual tuvo bastante repercusión en el país.
Por: Hernando López VOZ edición 2494
Tomado de: www.pacocol.org
Salvatore Mancuso no se cansa de repetir en la celda de la cárcel Treatment Facility de Washington (Estados Unidos), en donde está encerrado desde cuando fue extraditado a Estados Unidos por decisión del presidente Álvaro Uribe Vélez, el mismo que les tendió la mano para un “proceso de paz”, que abruptamente canceló cuando los jefes paramilitares estaban señalando a sus colaboradores todos muy cercanos a la “Casa de Nari”, que “¡tiemblen los que nos ayudaron!”, porque a pesar de las amenazas contra su familia y la casi ninguna colaboración de la justicia estadounidense, él si está dispuesto a colaborar con “justicia y paz”, pero para señalar con su dedo a muchos que desde las alturas del poder o desde los gremios de la producción los ayudaron a formar el ejército de criminales que se conoció como las “AUC”.
Mancuso dice que con la extradición quisieron silenciarlos, porque no es cierto que hubieran seguido delinquiendo desde la cárcel, como lo reconoció hace pocos días el fiscal Mario Iguarán. “Uribe nos aplicó de esta manera la ley del silencio” le han oído decir personas que han tenido acceso a él.
La semana pasada, en lo más reciente, palabras más, palabras menos, así se lo dijo a la senadora Piedad Córdoba y a representantes de varias ONG de derechos humanos, que lo visitaron en la cárcel. Asumió el compromiso de declarar ante los fiscales de “justicia y paz”, porque “todavía no hemos dicho ni la tercera parte de lo que tenemos que decir”, dijo Mancuso. Uno de los participantes en el encuentro le comentó a este semanario que la reunión fue larga y no estuvo exenta de momentos de dura tensión. Sin embargo, Mancuso reconoció muchas cosas que le dirá a la fiscalía colombiana y espera que la justicia de los Estados Unidos les dé las garantías de participar en las audiencias públicas que serán convocadas al respecto. Allí lo juzgan por narcotráfico y poco interés existe en que colabore con la confesión de los crímenes que cometieron y de quiénes fueron sus colaboradores.
En la revista Cambio de la semana pasada se publica una larga entrevista con Salvatore Mancuso, realizada por el periodista Harold Abueta, con el sugestivo título: “Conmigo extraditaron la verdad”. El jefe paramilitar dice que “el Gobierno se asustó con las actividades de algunos comandantes y porque estábamos reconstruyendo la verdad. Me di a la tarea de decirles a todos los que trabajaron conmigo que contaran la verdad y en un estrado conté algunas de ellas”. Mancuso reafirma en la entrevista que él y Carlos Castaño se reunieron con Juan Manuel Santos (lo cual también dice Carlos Castaño en su libro “Mi confesión”), para promover un golpe de estado contra el entonces presidente Ernesto Samper.
Asimismo, el ex jefe paramilitar ahora extraditado, dice que muchas verdades quedaron sin efecto, entre ellas, “la connivencia de militares activos y en retiro, y de políticos importantes que hoy son candidatos presidenciales, con las autodefensas”.
Faltan muchos congresistas por responder
También le dijo a la revista Cambio, que faltan muchos congresistas por responder en la “parapolítica”. Dice que las confesiones quedaron truncas debido a la extradición. De manera directa acusó al ex gobernador de Santander, Hugo Aguilar, y al ex senador Luis Alberto Gil, al que llamó en la entrevista el “tuerto Gil”, del Partido Convergencia Democrática, uribista y de los más afectados por la “parapolítica”, de haberse reunido con las “AUC” y haber pactado acuerdos políticos con éstas.
Abunda en detalles sobre la colaboración del DAS con los paramilitares desde antes de Jorge Noguera y de manera directa señala que el ex subdirector Miguel Narváez colaboró con las “AUC”. Sobre la ayuda que le dieron a la candidatura de Uribe Vélez dijo: “Pero sí le puedo decir que la gran mayoría de nosotros apoyamos a Uribe porque recibimos instrucciones de los comandantes y así lo hicimos en todos los departamentos con influencia del bloque Norte”.
Más claro no canta un gallo. Los paramilitares ayudaron a Uribe Vélez y ahora él les da la espalda. Mientras aparecían las escandalosas declaraciones de Mancuso, el Presidente se le prendía como una garrapata a los Príncipes de Asturias en Medellín, buscando un efecto mediático que desviara la atención del país. En ello es un experto el señor Uribe Vélez.
Leyenda: Facsímil de VOZ en febrero de 2002 cuando denunció el apoyo paramilitar a la candidatura presidencial de Uribe Vélez la cual tuvo bastante repercusión en el país.
Por: Hernando López VOZ edición 2494
Tomado de: www.pacocol.org
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