Durante estos últimos días y meses se ha venido promocionando la celebracion del Bicentenario de la independencia del Ecuador, organizado un sin número de actividades festivas a lo largo y ancho del país. Sería ingenuo y banal decir NO, a esta fiesta. Sin embargo, es necesario mirar un poco más allá. Mirar que hay detrás de este festejo. Festejar y recordar algo o no hacerlo también tiene un peso simbólico y político que no se puede obviar, si de verdad se quiere transformar y revolucionar las estructuras del sistema, debemos también empezar a romper la colonialidad de la historia, de los recuerdos y los festejos.
Hace 200 años en Quitu se dio el primer grito de la independencia de casi todos los paises de Latino América, que es el primer intento de las colonias españolas de América por obtener la libertad. Este proceso independentista terminaría obteniendo la “libertad” de todas las colonias de España en América. Para posteriormente crear nuevas republicas libres. Nace así la época republicana para las tierras americanas.
Reflexionemos más, sobre lo que realmente pasó. Fue realmente una verdadera independencia para los pueblos de Ámerica? Para los pueblos originarios y para los mestizos y los afrodescendientes? Muchas miradas históricas nos dicen que no fue así.
El motivo de este proceso independentista, no fue la liberación de los pueblos oprimidos por la corona española, ni la busqueda de una equidad social, política ni cultural, respondió a intereses particulares de la clase criolla (españoles nacidos en Ámerica), que bajo un contexto político desfavorable a sus intereses particulares optaron por movilizarse y tomar el poder bajo sus pies. Durante la colonia , el poder real tanto político, económico como cultural estaban en manos de la realeza española, quienes ejercían su poder a través de la clase criolla americana. En el contexto histórico del primer grito de independencia, peligraba el poder político de los españoles sobre su propia tierra y obviamente sobre sus colonias. Es así que la clase criolla opta por adueñarse de las tierras y recursos americanos.
Sin embargo, la realidad de los pueblos que siempre fueron oprimidos como son los pueblos indígenas, mestizos y afrodescendientes nunca lograron avistar verdaderos cambios para bien. A pesar, de que muchos indígenas, mestizos y afro descendientes participaron en el proceso independentista, nunca tuvieron oportunidad real de una influencia en el proceso, solamente fueron carne de cañón, la opresión sobre los pueblos no cambio en nada.
Una prueba de que la situación para los pueblos oprimidos no cambio en nada, se demuestra durante la época republicana, donde continuaron uno tras otro los levantamientos indígenas en contra de la opresión del estado, que no fue creado para cambiar y mejorar la situación de los pueblos, sino mas bien para continuar con las mismas prácticas de explotación, el único cambio sucedido fue un cambio de patrón, una de las luchas más representativas fue el levantamiento de Fernando Daquilema, quien con miles de indígenas decidieron levantar su voz contra el tirano que mantenía los mismas estructuras de explotación contra los pueblos originarios de estas tierras, y quienes incluso ofrendaron con su vida estos procesos de lucha y combate en el gobierno de García Moreno.
Los nuevos estados latinoamericanos fueron construidos a la medida de la clase criolla y pudiente de las grandes ciudades, es decir, quedaron fuera de esa construcción la gran diversidad de pueblos de la ámerica indígena y mestiza, quienes nunca tuvieron una participación real dentro de los estados creados, tampoco se tomo en cuenta sus propios procesos políticos de insurgencia. Lo creado con la independencia fueron estados uninacionales, bajo una sola mirada y una sola dirección política cultural.
Hoy los pueblos seguimos luchando y construyendo procesos de organización que nos lleven la autodeterminación de los pueblos. La Independencia no se ha dado, NO FESTEJEMOS algo que para los pueblos oprimidos de la ámerica india, mestiza y afro descendiente no fue real, ni tampoco lo es ahora. Como lo demuestra el decreto 1780, donde se vuelve a revivir esos aires coloniales, a través de la entrega de la educación pública, salud pública, y el poder de organizar comunidades entre otras cosas a determinadas órdenes religiosas con el fin de “evangelizar” e “integrar a la vida nacional” a los pueblos indígenas de la Amazonía, Galápagos, y Esmeraldas. Decretos como estos nos hacen pensar que tan “Independizados” estamos de los poderes coloniales.
Pensamos que si hay algo que festejar y recordar es la lucha de los pueblos en su permanente busqueda de autodeterminación. Nos preguntamos ¿por qué no se festeja y se recuerda el levantamiento y la lucha de Daquilema, de Manuela Leon, por la libertad del pueblo indio? ¿Por qué no se festeja y se recuerda la lucha de Túpac Amaru por la libertad de la América india y mestiza?
Cien años antes que los criollos independentistas se organicen, los pueblos oprimidos se sublevaban contra la corona española, logrando poner en peligro el poder español y criollo. Obviamente quienes condenaron y acallaron el levantamiento fueron esos criollos y españoles que nunca quisieron que los indios y mestizos tengan autodeterminación de sus pueblos. Y así las luchas populares nunca se recuerdan ni se festejan, como si estas no existieran.
Hay una especie de neo colonialidad del recuerdo, se festeja lo que la gente poderosa hace o deja de hacer, y son ellos los que nos dicen también que hay que recordar y festejar. Lo que no se recuerda simplemente no existió, es una especie de negación de la historia de los pueblos. Al poder neo colonial no le interesa que los pueblos recuerden su historia llena de luchas, es mejor que pensemos que ya nos independizamos y que ya somos libres, pues así ya no hay necesidad de seguir luchando.
Detrás de este Bicentenario, conciente o inconcientemente se esta festejando una toma del poder criollo y burgues, pero no un cambio real en las estructuras sociales. Y a la vez se desconoce las luchas populares por la autodeterminación. Seguimos viendo y viviendo la historia solo desde el poder.
Entonces, ¿Que se festeja? ¿Independencia? ¿De quienes?
Por: DIABLUMA - ORGANIZACIÓN POLÍTICA CULTURAL
Tomado de: www.redjuvenil.org
Hace 200 años en Quitu se dio el primer grito de la independencia de casi todos los paises de Latino América, que es el primer intento de las colonias españolas de América por obtener la libertad. Este proceso independentista terminaría obteniendo la “libertad” de todas las colonias de España en América. Para posteriormente crear nuevas republicas libres. Nace así la época republicana para las tierras americanas.
Reflexionemos más, sobre lo que realmente pasó. Fue realmente una verdadera independencia para los pueblos de Ámerica? Para los pueblos originarios y para los mestizos y los afrodescendientes? Muchas miradas históricas nos dicen que no fue así.
El motivo de este proceso independentista, no fue la liberación de los pueblos oprimidos por la corona española, ni la busqueda de una equidad social, política ni cultural, respondió a intereses particulares de la clase criolla (españoles nacidos en Ámerica), que bajo un contexto político desfavorable a sus intereses particulares optaron por movilizarse y tomar el poder bajo sus pies. Durante la colonia , el poder real tanto político, económico como cultural estaban en manos de la realeza española, quienes ejercían su poder a través de la clase criolla americana. En el contexto histórico del primer grito de independencia, peligraba el poder político de los españoles sobre su propia tierra y obviamente sobre sus colonias. Es así que la clase criolla opta por adueñarse de las tierras y recursos americanos.
Sin embargo, la realidad de los pueblos que siempre fueron oprimidos como son los pueblos indígenas, mestizos y afrodescendientes nunca lograron avistar verdaderos cambios para bien. A pesar, de que muchos indígenas, mestizos y afro descendientes participaron en el proceso independentista, nunca tuvieron oportunidad real de una influencia en el proceso, solamente fueron carne de cañón, la opresión sobre los pueblos no cambio en nada.
Una prueba de que la situación para los pueblos oprimidos no cambio en nada, se demuestra durante la época republicana, donde continuaron uno tras otro los levantamientos indígenas en contra de la opresión del estado, que no fue creado para cambiar y mejorar la situación de los pueblos, sino mas bien para continuar con las mismas prácticas de explotación, el único cambio sucedido fue un cambio de patrón, una de las luchas más representativas fue el levantamiento de Fernando Daquilema, quien con miles de indígenas decidieron levantar su voz contra el tirano que mantenía los mismas estructuras de explotación contra los pueblos originarios de estas tierras, y quienes incluso ofrendaron con su vida estos procesos de lucha y combate en el gobierno de García Moreno.
Los nuevos estados latinoamericanos fueron construidos a la medida de la clase criolla y pudiente de las grandes ciudades, es decir, quedaron fuera de esa construcción la gran diversidad de pueblos de la ámerica indígena y mestiza, quienes nunca tuvieron una participación real dentro de los estados creados, tampoco se tomo en cuenta sus propios procesos políticos de insurgencia. Lo creado con la independencia fueron estados uninacionales, bajo una sola mirada y una sola dirección política cultural.
Hoy los pueblos seguimos luchando y construyendo procesos de organización que nos lleven la autodeterminación de los pueblos. La Independencia no se ha dado, NO FESTEJEMOS algo que para los pueblos oprimidos de la ámerica india, mestiza y afro descendiente no fue real, ni tampoco lo es ahora. Como lo demuestra el decreto 1780, donde se vuelve a revivir esos aires coloniales, a través de la entrega de la educación pública, salud pública, y el poder de organizar comunidades entre otras cosas a determinadas órdenes religiosas con el fin de “evangelizar” e “integrar a la vida nacional” a los pueblos indígenas de la Amazonía, Galápagos, y Esmeraldas. Decretos como estos nos hacen pensar que tan “Independizados” estamos de los poderes coloniales.
Pensamos que si hay algo que festejar y recordar es la lucha de los pueblos en su permanente busqueda de autodeterminación. Nos preguntamos ¿por qué no se festeja y se recuerda el levantamiento y la lucha de Daquilema, de Manuela Leon, por la libertad del pueblo indio? ¿Por qué no se festeja y se recuerda la lucha de Túpac Amaru por la libertad de la América india y mestiza?
Cien años antes que los criollos independentistas se organicen, los pueblos oprimidos se sublevaban contra la corona española, logrando poner en peligro el poder español y criollo. Obviamente quienes condenaron y acallaron el levantamiento fueron esos criollos y españoles que nunca quisieron que los indios y mestizos tengan autodeterminación de sus pueblos. Y así las luchas populares nunca se recuerdan ni se festejan, como si estas no existieran.
Hay una especie de neo colonialidad del recuerdo, se festeja lo que la gente poderosa hace o deja de hacer, y son ellos los que nos dicen también que hay que recordar y festejar. Lo que no se recuerda simplemente no existió, es una especie de negación de la historia de los pueblos. Al poder neo colonial no le interesa que los pueblos recuerden su historia llena de luchas, es mejor que pensemos que ya nos independizamos y que ya somos libres, pues así ya no hay necesidad de seguir luchando.
Detrás de este Bicentenario, conciente o inconcientemente se esta festejando una toma del poder criollo y burgues, pero no un cambio real en las estructuras sociales. Y a la vez se desconoce las luchas populares por la autodeterminación. Seguimos viendo y viviendo la historia solo desde el poder.
Entonces, ¿Que se festeja? ¿Independencia? ¿De quienes?
Por: DIABLUMA - ORGANIZACIÓN POLÍTICA CULTURAL
Tomado de: www.redjuvenil.org
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