Entre los que asistimos a fútbol hace muchos años existe un consenso y es que la verdadera “barrabrava” de todo el país es la policía. Esa fue la conclusión en la cumbre de seguridad en eventos deportivos realizada en 2008 en Medellín, y fue también una de las pocas cosas que lograron poner de acuerdo a todas las barras e hinchas de los diferentes clubes del país. Este escrito no es para hacer una apología de la violencia irracional de muchas barras, es más para mostrar con algunos casos cómo la policía no cumple su papel básico de prevención sino que se convierte en uno más de los que fomentan la violencia.
El día 7 de enero de 2010 se jugó un partido en el estadio el Campin de Bogotá para hacerle un homenaje a Edson Arantes do Nacimento “Pelé”. En las horas de la noche la prensa registraba enfrentamientos de barras antes y después del partido con el titular de prensa: “Joven perdió un ojo en disturbios ocurridos antes del homenaje a Pelé en el Campín”. Y luego dice “Con piedras, los hinchas se agredieron y le causaron lesiones en el rostro a dos de los 50 efectivos de la Fuerza Disponible, que acudieron a calmar los ánimos. Tres tanquetas utilizaron mangueras para echarles agua a los hinchas, que además fueron controlados con bombas de aturdimiento” (El Tiempo.com. Enero 18 de 2010). Y más aun, presentaron una cifra de heridos producto del “enfrentamiento” entre barras.
Dos días después entrevistan a uno de los heridos que estaba todavía en el hospital y para sorpresa de muchos “Según Jorge Enrique León (el herido), un artefacto de gas lacrimógeno de la Policía lo golpeó… Jorge dice que alcanzó a ver cuando la Policía disparó los artefactos de gas lacrimógeno de frente y que instantes después de sentir el golpe vio a sus pies cuando comenzó a salir el gas. "Yo lo vi con el otro ojo. Cuando comenzó a salir el gas, salí corriendo para que no me ahogara. Me pegó muy duro…(eltiempo.com Enero 19 de 2010). La policía agredió al joven que manifestó no ser hincha de ninguno de los dos equipos bogotanos, pero que fue al partido por ver a Pelé.
La policía no respondió ante estos hechos. “El Mayor Alexander Murcia, comandante del Esmad de la Policía, dijo que por ahora no hay una investigación porque no hay una denuncia formal, pero aseguró que es difícil que haya sido uno de los artefactos de gas el que golpeó el ojo del muchacho" (eltiempo.com febrero 10 de 2010).
El año pasado, el 9 de agosto, después de un partido entre Nacional y Tolima en la ciudad de Medellín, en un enfrentamiento entre hinchas de Nacional y la policía, un agente sacó su arma y disparó varias veces a la gente. En el video que fue presentado a secretaría de gobierno y a la personería de Medellín en el comité de seguridad que se realiza todos los martes para tratar el tema del fútbol en la ciudad, se ve claramente al policía, primero detrás de un árbol, luego con otro hincha como escudo y luego saca su revólver y dispara varias veces a la gente, a un nivel que podría darle a cualquiera de todos los que estaban en el lugar, ya que sucedió en la estación Estadio del Metro. Afortunadamente no se dieron heridos, pero no hubo tampoco pronunciamiento oficial por parte ni de la alcaldía, ni de la personería, ni del Metro, quienes acostumbran hacerlo cuando son los hinchas los culpables de algo.
En el año 2008, hinchas del Deportivo Cali, en un partido ante Medellín, fueron agredidos brutalmente por el Esmad antes de entrar al partido. Este hecho hubiera pasado desapercibido o sería solo una anécdota más del hincha que sufrió la agresión de no haber sido por dos cosas. La primera es que había una abogada de la personería cerca, que se dio cuenta de la agresión y trató de pararla, en ese momento el policía la agrede a ella también. Todo esto fue observado y grabado por cámaras de Noticias 1, que presentó ante el país la noticia: El policía agredió a un hincha sin motivo alguno y luego agredió a la abogada de personería de Medellín por tratar de parar la agresión.
Todas estas agresiones pasan a diario, no solo desapercibidas, sino que los medios de comunicación en muchos casos solo presentan la versión del Estado, en este caso de la policía. En esta versión todos son culpables y sospechosos de serlo, mientras ellos, los policías, parecen ser los adalides de la justicia. Nada más lejano de la realidad. Al parecer seguimos acostumbrándonos a lo que en el país se ha llamado “falsos positivos” que no son otra cosa que la continuación de la agresión del Estado sobre los ciudadanos y el encubrimiento de los delitos que a diario cometen.
Han sido tantos los abusos que se cometen en los estadios de fútbol por parte de la policía, desde tirarle los caballos a la gente en las filas, atropellar en las requisas, insultar a los hinchas, etc., que la barra Los Del Sur solicitó hace ya varios años la presencia de la personería en los partidos, aunque sea para que sirvan como testigos de los atropellos más fuertes. Estos sucesos no son todos, son solo algunos de los más “notorios”, faltan los que ocurren por ineficacia de un operativo policial, o por omisión estatal y que han terminado en muchos casos en situaciones muy lamentables. Con el agravante de que todos estos casos quedan en la impunidad, solo en el recuerdo y anecdotario de cada uno.
Como lo presentó el mismo diario El Tiempo, entrevistando a un agente del Esmad ante las acusaciones reiteradas por las agresiones y los delitos cometidos que llevaron a la muerte de Nicolás Neira con uso de armas no convencionales: “El capitán Julio César Devia Torrijos, ex comandante de la Primera Sección del Escuadrón Móvil Anti Disturbios, Esmad, en Bogotá, no sólo ordenaba la fabricación de municiones, cuyo uso estaba prohibido, sino que daba instrucciones para dispararlas inmediatamente en contra de estudiantes” (El Tiempo.com. Febrero 4 de 2010). Obviamente, estas situaciones no solo se dan contra los estudiantes, también contra los indígenas, contra los que protestan por el despojo de sus casas por los bancos, contra los hinchas de fútbol, contra los que se le enfrenten o simplemente contra todos los que manifiesten algo contra este régimen de muerte.
Por: Bernardo Jurado
Tomado de: periferiaprensa.org
El día 7 de enero de 2010 se jugó un partido en el estadio el Campin de Bogotá para hacerle un homenaje a Edson Arantes do Nacimento “Pelé”. En las horas de la noche la prensa registraba enfrentamientos de barras antes y después del partido con el titular de prensa: “Joven perdió un ojo en disturbios ocurridos antes del homenaje a Pelé en el Campín”. Y luego dice “Con piedras, los hinchas se agredieron y le causaron lesiones en el rostro a dos de los 50 efectivos de la Fuerza Disponible, que acudieron a calmar los ánimos. Tres tanquetas utilizaron mangueras para echarles agua a los hinchas, que además fueron controlados con bombas de aturdimiento” (El Tiempo.com. Enero 18 de 2010). Y más aun, presentaron una cifra de heridos producto del “enfrentamiento” entre barras.
Dos días después entrevistan a uno de los heridos que estaba todavía en el hospital y para sorpresa de muchos “Según Jorge Enrique León (el herido), un artefacto de gas lacrimógeno de la Policía lo golpeó… Jorge dice que alcanzó a ver cuando la Policía disparó los artefactos de gas lacrimógeno de frente y que instantes después de sentir el golpe vio a sus pies cuando comenzó a salir el gas. "Yo lo vi con el otro ojo. Cuando comenzó a salir el gas, salí corriendo para que no me ahogara. Me pegó muy duro…(eltiempo.com Enero 19 de 2010). La policía agredió al joven que manifestó no ser hincha de ninguno de los dos equipos bogotanos, pero que fue al partido por ver a Pelé.
La policía no respondió ante estos hechos. “El Mayor Alexander Murcia, comandante del Esmad de la Policía, dijo que por ahora no hay una investigación porque no hay una denuncia formal, pero aseguró que es difícil que haya sido uno de los artefactos de gas el que golpeó el ojo del muchacho" (eltiempo.com febrero 10 de 2010).
El año pasado, el 9 de agosto, después de un partido entre Nacional y Tolima en la ciudad de Medellín, en un enfrentamiento entre hinchas de Nacional y la policía, un agente sacó su arma y disparó varias veces a la gente. En el video que fue presentado a secretaría de gobierno y a la personería de Medellín en el comité de seguridad que se realiza todos los martes para tratar el tema del fútbol en la ciudad, se ve claramente al policía, primero detrás de un árbol, luego con otro hincha como escudo y luego saca su revólver y dispara varias veces a la gente, a un nivel que podría darle a cualquiera de todos los que estaban en el lugar, ya que sucedió en la estación Estadio del Metro. Afortunadamente no se dieron heridos, pero no hubo tampoco pronunciamiento oficial por parte ni de la alcaldía, ni de la personería, ni del Metro, quienes acostumbran hacerlo cuando son los hinchas los culpables de algo.
En el año 2008, hinchas del Deportivo Cali, en un partido ante Medellín, fueron agredidos brutalmente por el Esmad antes de entrar al partido. Este hecho hubiera pasado desapercibido o sería solo una anécdota más del hincha que sufrió la agresión de no haber sido por dos cosas. La primera es que había una abogada de la personería cerca, que se dio cuenta de la agresión y trató de pararla, en ese momento el policía la agrede a ella también. Todo esto fue observado y grabado por cámaras de Noticias 1, que presentó ante el país la noticia: El policía agredió a un hincha sin motivo alguno y luego agredió a la abogada de personería de Medellín por tratar de parar la agresión.
Todas estas agresiones pasan a diario, no solo desapercibidas, sino que los medios de comunicación en muchos casos solo presentan la versión del Estado, en este caso de la policía. En esta versión todos son culpables y sospechosos de serlo, mientras ellos, los policías, parecen ser los adalides de la justicia. Nada más lejano de la realidad. Al parecer seguimos acostumbrándonos a lo que en el país se ha llamado “falsos positivos” que no son otra cosa que la continuación de la agresión del Estado sobre los ciudadanos y el encubrimiento de los delitos que a diario cometen.
Han sido tantos los abusos que se cometen en los estadios de fútbol por parte de la policía, desde tirarle los caballos a la gente en las filas, atropellar en las requisas, insultar a los hinchas, etc., que la barra Los Del Sur solicitó hace ya varios años la presencia de la personería en los partidos, aunque sea para que sirvan como testigos de los atropellos más fuertes. Estos sucesos no son todos, son solo algunos de los más “notorios”, faltan los que ocurren por ineficacia de un operativo policial, o por omisión estatal y que han terminado en muchos casos en situaciones muy lamentables. Con el agravante de que todos estos casos quedan en la impunidad, solo en el recuerdo y anecdotario de cada uno.
Como lo presentó el mismo diario El Tiempo, entrevistando a un agente del Esmad ante las acusaciones reiteradas por las agresiones y los delitos cometidos que llevaron a la muerte de Nicolás Neira con uso de armas no convencionales: “El capitán Julio César Devia Torrijos, ex comandante de la Primera Sección del Escuadrón Móvil Anti Disturbios, Esmad, en Bogotá, no sólo ordenaba la fabricación de municiones, cuyo uso estaba prohibido, sino que daba instrucciones para dispararlas inmediatamente en contra de estudiantes” (El Tiempo.com. Febrero 4 de 2010). Obviamente, estas situaciones no solo se dan contra los estudiantes, también contra los indígenas, contra los que protestan por el despojo de sus casas por los bancos, contra los hinchas de fútbol, contra los que se le enfrenten o simplemente contra todos los que manifiesten algo contra este régimen de muerte.
Por: Bernardo Jurado
Tomado de: periferiaprensa.org
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