Presidente colombiano endurece posición frente a caso de rehenes de las FARC
El presidente colombiano, Alvaro Uribe, descartó un canje de 22 militares y policías por guerrilleros de las FARC presos y ordenó intensificar las operaciones para rescatarlos, generando preocupación en familiares de rehenes y promotores del intercambio.
"A partir de hoy con el Ejército y la Policía intensificaremos la presión sobre los secuestradores terroristas de las FARC hasta que liberen a nuestros soldados y policías", dijo Uribe en Medellín (400 km al noroeste de Bogotá).
El mandatario había descartado el jueves el canje exigido por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que la semana pasada liberaron a tres policías, un soldado y dos políticos, y llamaron a "persistir" en el intercambio.
"El único acuerdo humanitario que se acepta es que liberen unilateralmente y de inmediato a todos los secuestrados", advirtió Uribe.
Su asesor José Obdulio Gaviria aseguró este viernes a la AFP que unos 125 insurgentes presos planean renunciar a las FARC y acogerse a una ley de beneficios jurídicos que establece una pena máxima de ocho años de cárcel.
Desde enero de 2008, el presidente mantiene una orden a las tropas para que tiendan cercos en las zonas selváticas donde están los rehenes, para presionar su liberación mediante un "procedimiento humanitario".
El jueves la senadora opositora Piedad Córdoba, a quien le fueron entregados los seis cautivos, señaló que aspira a lograr el canje antes de mayo.
Córdoba encabeza el grupo civil 'Colombianos por la paz' que promueve el intercambio de los oficiales y suboficiales secuestrados, algunos desde hace 11 años, por unos 500 rebeldes presos, tres de ellos en Estados Unidos.
Los anuncios de Uribe ocurren en medio de una oleada violenta de las FARC que incluye atentados, emboscadas y la presunta matanza de unos 27 indígenas, y generaron preocupación en parientes de los rehenes, ex secuestrados y miembros de 'Colombianos por la paz', que mantiene un diálogo epistolar con las FARC.
"El riesgo de un rescate es tan grande como el dolor que esto causa. Es parte del terrorismo sicológico en que ponen a los secuestrados y sus familias", dijo a la AFP Gustavo Moncayo, cuyo hijo, el militar Pablo Emilio, está retenido desde 1997.
El ex congresista Luis Eladio Pérez, liberado hace un año junto a cinco políticos con la mediación de Venezuela, se dijo "desconcertado" pues hace una semana Uribe manifestó estar dispuesto a un pacto humanitario con la condición de que los excarcelados se convirtieran en "gestores de paz".
"Pareciera que los uniformados no tienen valor para el gobierno", añadió, indicando que la situación cambió tras el rescate de la franco-colombiana Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y otros 11 cautivos, el pasado 2 de julio, pues ya no hay "presión internacional".
El periodista Carlos Lozano, integrante de 'Colombianos por la paz', señaló a la AFP que aunque los anuncios "preocupan", el movimiento "no va a desfallecer por esto que es un portazo a los esfuerzos" por el canje.
Mientras, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Rubén Salazar, pidió "no cerrar las vías del diálogo".
"Volvemos a la posición original" de Uribe de "destrucción" de las FARC, apuntó el ex rebelde y analista León Valencia, subrayando que "se ve un desprecio por la vida con el argumento de que no se le puede dar ningún espacio a la insurgencia".
Valencia observó que el giro coincide con el inicio de la carrera por la sucesión de Uribe -que no descarta presentarse a un tercer mandato consecutivo en 2010-, lo que indica que "el discurso se endurecerá".
"El espacio para lo humanitario en medio de la campaña va a ser muy poco", comentó a la AFP.
Agence France-Presse - 13.2.2009 19:54
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